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La portavoz de JxCAT, Laura Borràs, y el diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, en el Congreso. Efe
Los regionalistas se alían para tener en el Congreso una voz distinta a los soberanistas

Los regionalistas se alían para tener en el Congreso una voz distinta a los soberanistas

Teruel Existe, Coalición Canaria, PRC y Navarra Suma acuerdan su grupo propio para no verse disueltos en un Grupo Mixto con diez partidos

Lunes, 9 de diciembre 2019, 17:58

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«En cuatro años solo le pude hacer una pregunta al presidente de Gobierno... Y eso que éramos siete partidos en el Grupo Mixto, ahora somos diez. Sería inviable». La queja amarga de Joan Baldoví, diputado de Compromís (que concurrió coaligado a Íñigo Errejón y su Más País el pasado 10-N), ejemplifica el problema que padecen los diez partidos que no cumplen los requisitos para formar grupo propio en la Cámara baja en esta legislatura y que podrían engordar el mayor Grupo Mixto de la historia de la democracia con 21 diputados.

Sin embargo, Navarra Suma, Teruel Existe, PRC y Coalición Canaria -bajo el argumento de que cumplen la condición de superar el 15% de los votos en las circunscripciones en las que se presentaron- ya han maniobrado para evitarlo y formar un grupo a parte bajo la denominación, que aún están barajando, de Partido Regionalista.

El reglamento del Congreso establece que todas las formaciones que tengan 15 o más escaños podrán constituir grupo parlamentario, requisito que cumplen PSOE, PP, Vox y Unidas Podemos y sus confluencias. Pero hay una segunda vía, contar con al menos cinco diputados más el 5% de los votos de todas las circunscripciones, caso de Ciudadanos (que solo cuenta con diez diputados); o bien el 15% en todas las provincias a las que se concurre, como ocurre con PNV, Esquerra Republicana y Bildu, que lo obtiene por primera vez.

Las cuatro formaciones regionalistas suman cinco escaños (dos de Navarra Suma y uno los demás partidos), pero no cumplen con el segundo requisito, el de los porcentajes. Los navarros, el cántabro y el turolense lograron más de un 15% de apoyos en sus respectivas circunscripciones. En el caso de Coalición Canaria, alegarán que superó ese umbral en Tenerife, donde llegó al 16,45%, aunque no alcanzara ese listón en Las Palmas de Gran Canaria, provincia en la que su socio de coalición, Nueva Canarias, que no logró pasar del 10% de las papeletas el 10 de noviembre.

El propio Baldoví da por hecho de que presentarán la propuesta a la Mesa del Congreso dentro del plazo que finaliza mañana a las seis de la tarde. «Esto es prácticamente seguro, al menos así se fijó en la reunión que mantuvimos todos, es absolutamente necesario de que este grupo se pueda dividir como mínimo en dos. A partir de ahí, los demás estamos estudiando diversas opciones. Nos tendremos que resignar o intentar hacer algo», señala el diputado valenciano a este periódico.

Entre estas opciones podrían estar la posibilidad de dividir el pastel restante «en grupos de cinco diputados», aunque la aritmética no les acompaña. El escenario más probable, por tanto, es que el Grupo Mixto quede reducido finalmente a catorce integrantes: los ocho diputados de JxCat (que no llegaron al 15% en Barcelona ni en Tarragona), los dos de la CUP, los dos de Más País, el de Compromís y el del Bloque Nacionalista Galego. «Quedamos los que quedamos», lamenta.

Mayor visibilidad

Conseguir grupo propio aporta grandes ventajas más allá de la asignación económica, que consiste en una subvención fija de 28.597,08 euros mensuales lo formen 20 diputados o 200, o acceder al cobro de las subvenciones por envío gratuito de propaganda electoral durante la campaña.

También garantiza representación en todas las comisiones parlamentarias, en la Diputación Permanente y voz propia en la Junta de Portavoces y capacidad para intervenir en todos los debates en igualdad de condiciones. «Si tenemos que repartir siete minutos de intervención en un debate parlamentario entre diez partidos es muy complicado intentar tener una mínima presencia, no podemos hacer nuestro trabajo«, confiesa Baldoví.

Además, el trabajo se reparte mejor. El líder de Compromís recuerda especialmente un día de hace dos legislaturas «cuando estaba solo en el Grupo Mixto». Tuvo que atender una comparecencia de la ministra de Sanidad, preguntar en el Senado al presidente de RTVE y participar en una propuesta de la Comisión de Agricultura. «¡Ese día dormí como un bendito!», recuerda.

El tópico que Baldoví desmiente es que, pese a la diversidad ideológica que puede existir en el Grupo Mixto -un espectro que iría desde Navarra Suma a la CUP-, la relación es «excelente» y siempre se rema por el equipo. «Termina dando igual la ideología, llegamos a acuerdos para que todos podamos tener un mínimo de visibilidad. Te lo digo que llevo ocho años y he visto cuatro grupos mixtos y te acabas entendiendo». Eso sí, mejor tener que entenderse entre pocos, que con una multitud.

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