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Francisco Nicolás.
El 'Pequeño Nicolás' se sentará en el banquillo por hacerse pasar por un enviado del Rey

El 'Pequeño Nicolás' se sentará en el banquillo por hacerse pasar por un enviado del Rey

El juez procesa a Gómez Iglesias y a dos policías usurpación de funciones, malversación, falsificación y cohecho

Melchor Sáiz-Pardo

Lunes, 18 de julio 2016, 17:02

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El Pequeño Nicolás se sentará en breve en el banquillo de los acusados, en el que será su primer juicio penal. El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, Arturo Zamarriego, ha procesado a Francisco Nicolás Gómez Iglesias por hacerse pasar por un emisario del Rey Felipe y de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, durante un viaje el 13 de agosto de 2014 a Ribadeo (Lugo) para entrevistarse con el presidente de Alsa, Jorge Cosmen.

Además de Gómez Iglesias se sentarán en el banquillo sus dos compinches en aquella farsa, los policías locales de Madrid Jorge González Hornillos y Carlos Pérez López Dávila. El magistrado -que acusa a los tres procesados de usurpación de funciones, malversación, falsificación y cohecho- da por concluida la investigación sobre este episodio, pero Zamarriego no aclara en su auto cuál era el objetivo final del joven impostor en aquel viaje. El instructor solo revela que el Pequeño Nicolás y Cosmen hablaron de la «inminente liberalización del mercado ferroviario y la renovación de las licencias de transporte ferroviario concedidas a Alsa».

Según el relato del juez, el Pequeño Nicolás, en algún momento de la primera quincena de agosto de 2014 contactó con Cosmen, haciendo se pasar por un enviado de Zarzuela y de Vicepresidencia del Gobierno. Gómez Iglesias propuso al empresario encontrarse en el restaurante San Miguel de Ribadeo.

El supuesto impostor relata la resolución- preparó a conciencia el paripé. Días antes del viaje alquiló cuatro vehículos de alta gama y llamó, de nuevo hablando en nombre de la Jefatura del Estado, al Ayuntamiento de Ribadeo y a su policía local para que prepararan la llegada de una personalidad cuya identidad no podía revelar «por razones de seguridad nacional». Paralelamente, el joven anunció al restaurante y al empresario que a ese almuerzo acudiría el rey Felipe VI.

La madrugada del 13 de agosto la comitiva se puso en marcha desde el Paseo de la Habana de Madrid. Los coches lucían falsas acreditaciones y los «rotativos policiales acústicos y luminosos de emergencia propiedad del Ayuntamiento de Madrid» con los que se había hecho el policía González Hornillos, cabo en el consistorio. Los dos agentes fueron «fueron contratados por Gómez Iglesias para simular labores de vigilancia y escolta», pinganillo, incluido. González habría recibido 2.000 euros y Pérez, 400.

Recepción

En Ribadeo, a las puertas del restaurante, la comitiva del impostor fue recibida por un grupo de vecinos y el alcalde de la localidad, Fernando Suárez, quien expresó su decepción al comprobar que el Rey no había acudido al almuerzo.

El Pequeño Nicolás prosigue el juez- excusó la presencia del monarca y comenzó directamente la reunión con el presidente de Alsa. Durante la comida, el cabo González fingió una llamada de Soraya Sáenz de Santamaría a Gómez Iglesias -relata el auto- «dejando entrever que había una relación profesional entre ambos».

Días después del encuentro, Cosmen, escamado por lo extraño de la visita, fue el que comenzó a poner fin a las andanzas del Pequeño Nicolás con una llamada a María Pico, la jefa de gabinete de la Vicepresidenta del Gobierno, quien le confirmó que el joven usurpador no tenía ninguna relación con Sáenz de Santamaría ni con Casa Real.

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