Reclaman recuperar las instalaciones de la Vasco con vistas a su musealización

El Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas entiende necesario preservar el patrimonio minero de la Hullera Vasco Leonesa dada la importancia cultural y social que representa, convirtiendo a la minera en un referente nacional en lo que a parque minero o industrial se refiere.

A través de un comunicado, remarcan las posibilidades de que sus enormes instalaciones y equipamientos se recuperen como patrimonio minero para uso social o industrial por lo que entienden necesario evitar su deterioro y, sobre todo, su expoliación. El robo de metales, primero el cobre y después el acero, son frecuentes en estos casos por parte de “ladrones, desaprensivos chatarreros”, que ya han iniciado el despojo de la Hullera.

Estos actos “reprobables” destruyen el patrimonio y, si se prodigan, conducen a su desaparición. Así ha ocurrido en los últimos años en las minas de Fontao (Pontevedra), que han perdido gran parte de su valor patrimonial debido a los frecuentes robos de que sido objeto, a pesar de estar permanentemente vigilada, robos que han llevado aparejados el deterioro o la destrucción de edificios e instalaciones. Así ocurrirá en la Hullera Vasco Leonesa si no se toman medidas; “incluso la rapiña podría alcanzar al propio BIC Pozo Ibarra debido a su posición aislada”.

La recuperación de las instalaciones de la empresa, el reacondicionamiento de algunas labores, subterráneas y a cielo abierto, con vistas a su musealización y la conservación del archivo documental, entre otras medidas, podría convertir a la antigua Hullera en un referente nacional en lo que a parque minero industrial se refiere.

Con ello se paliaría, en parte, el daño económico ocasionado a las familias y a la región y se mantendría su actividad económica. Aún se está a tiempo pero hay que tener a raya a los ladrones, conservar el patrimonio y estudiar y construir un proyecto de rehabilitación ilusionante en el que los antiguos mineros deben tener una activa participación y un destacado protagonismo.

La importancia del patrimonio minero se deduce de su propia definición ya que recoge los procesos y elementos mineros, la arquitectura y el paisaje relacionado, los archivos y los elementos intangibles como el cante, las costumbres, la forma de vida o los relatos mineros.

Culturalmente, el patrimonio minero es fundamental para entender cómo fue nuestra sociedad en el pasado, aquella que proporcionó materias primas que, consumidas o exportadas, hicieron posible que España alcanzase el nivel de vida actual. De la mano de la minería, se poblaron zonas inhóspitas, se aprovecharon recursos naturales y se diseñaron nuevos productos industriales que ahora son de uso habitual.

Desde el organismo recuerdan que cuando se cerraron las minas quedaron unos restos que evidencian sus actividades pasadas, sus valores sociales como parte del registro de las vidas de hombres y mujeres corrientes, además de sus valores históricos, materiales, medioambientales, antropológicos, estéticos, tecnológicos y científicos, que han tenido, y aún tienen, profundas consecuencias históricas.

De ahí que los motivos para proteger este patrimonio se basen en el valor universal de esta evidencia. Por ello, el patrimonio minero es un tipo de patrimonio amparado por la Unesco que tiene carta de naturaleza propia como parte del patrimonio industrial. A nivel español su importancia ha sido asumida por todas las administraciones que lo amparan en la ley de Patrimonio Histórico Español (1985), el Plan Nacional de Patrimonio Industrial (2001) y, específicamente, en la Carta de El Bierzo sobre Patrimonio Minero (2005).

Por tanto, no puede extrañar que la Unesco haya declarado Patrimonio Mundial 29 sitios mineros, de ellos 20 en Europa y dos en España (Almadén y Las Médulas). En España, muchos sitios mineros han sido protegidos con la máxima categoría existente, la de Bien de Interés Cultural (BIC). Ejemplo de ello se tiene en el castillete del Pozo Ibarra de la propia Hullera Vasco Leonesa.

La importancia cultural reseñada puede ser utilizada y, de hecho se utiliza, en España y en el extranjero, para mitigar el deterioro de las zonas mineras inactivas. Es España, en 2011 se inventariaron 82 espacios expositivos mineros y minas musealizadas, de los que 27 contaban con labores mineras recuperadas, cuatro a cielo abierto y 23 subterráneas, y desde entonces se han abierto varias instalaciones más.

Entre las más visitadas se encuentran las que ofrecen atractivos adicionales al minero como el Parque de la Naturaleza de Cabárceno (Cantabria, 530.000 visitas/año) o el Jardín de Cactus (Lanzarote, 300.000 visitas) pero los parques mineros o las visitas a minas musealizadas también acogen gran cantidad de visitantes como el Parque Minero de Riotinto (Huelva, 90.000 visitas). En total, se estima que estas instalaciones culturales y recreativas mineras reciben unos dos millones de personas al año. Esto supone, aproximadamente, un impacto económico de 60 millones de euros y un empleo, directo e indirecto, de 1.700 personas.

Las instalaciones patrimoniales mineras, una vez reacondicionadas, también pueden tener otros múltiples usos como son oficinas, zonas de recreo, instalaciones deportivas o industriales, reservas ecológicas, etc., aprovechamientos que son muy frecuentes en Europa y Estados Unidos.