Nadie ve negocio en la explotación del bar del Estadio Hispánico
El Ayuntamiento no ha recibido ninguna propuesta para hacerse cargo de la cafetería situada en estas instalaciones deportivas en León y todo después de que el anterior contrato terminara antes de tiempo
El pasado 30 de junio terminaba el plazo para recibir candidatos para hacerse cargo del bar del Estadio Hispánico. Durante todo un mes se podían enviar unas ofertas al Ayuntamiento de León que el 1 de julio comunicaba en su tablón de anuncios que «no se ha registrado ninguna plica a través del cauce establecido».
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El contrato bianual de 2021 se cerró con un canon anual de 9.600 euros y el de 2023 con 18.155 al ir unido al del bar de La Palomera, lo que saldría a casi 9.100 por cada establecimiento. La rebaja aún era más cuantiosa en esta última oferta que mantenía los términos temporales, dos años y posibilidad de dos prórrogas anuales, a razón de 3.600 por temporada. A pesar de ello no ha habido empresa o particular interesado en esta oportunidad de negocio hostelero que acumula dos contratos fallidos.
El de 2021 llegó a su fin sin que su concesionaria quisiera prorrogar el contrato y el de 2023, que tendría que haber estado vigente hasta finales de este mes, se interrumpió casi un año antes de que venciera. De momento no hay anuncio en el tablón del Ayuntamiento que mejore unas condiciones que ya estimaban unos ingresos superiores a los 50.000 euros para el contratista.
«Estaría bien poder tomarse un café»
Mientras, en plena época estival y con la piscina de verano abierta muchos usuarios echan de menos el bar. Una familia con sus hijos comentaba antes de acceder a las instalaciones del Hispánico que estaría bien tener la posibilidad de «poder tomar un refresco o comprar un helado a los niños». Unos pequeños que añaden que en la máquina expendedora «no hay de nada». Dos usuarias más también lamentan no tener la posibilidad de poder tomar «un café» o «una cerveza».
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Todos ellos comentan que no saben a qué atenerse porque tan pronto «está abierto como cerrado» lo que puede hacer que muchas personas hagan lo que otro bañista que dice que «yo me traigo mi botella de agua» y listo.
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