La lluvia no evita que León se tiña de morado para exigir igualdad y mantener la lucha contra el machismo

La tarde acabó por teñirse de morado en León y lo hizo con una marea de mujeres y hombres que han vuelto a poner pie en pared para decir basta a la desigualdad y exigir un auténtico movimiento social y político que trabaje en aras de un feminismo real.

Paraguas y chubasqueros para combatir a la lluvia, que se sumó desde el primer instante a la marcha y quiso ser un elemento más del acto central de la celebración del 8-M.

Más de un millar de personas no se asustaron por el agua, al igual que no lo hacen ante el machismo y acudieron a la glorieta de Guzmán el Bueno para conmemorar el Día Internacional de la Mujer con una gran manifestación que recorrió la ciudad hasta llegar a la plaza de Botines.

La marea morada caminó a paso lento pero firme en muestra de su lucha: la igualdad entre hombres y mujeres. La comisión encabezó una comitiva que fue ganando fuerza con el avance por la avenida de Roma y envolvía la plaza de la Inmaculada para encarar la Gran Vía de San Marcos.

Recordando que estos derechos deben reivindicarse «para todas, todos los días», se lograron aunar todas las voces para poner de manifiesto que «no vamos a renunciar a ningún derecho conquistado y vamos a pelear por derechos futuros para todas las mujeres», señalaba Yolanda Rodríguez, portavoz del comité organizador.

La música corrió a cargo de una batucada que marcó el ritmo de la concentración a golpe de bombo. También se oía con fuerza la voz desde los megáfonos, que entonaban cánticos como: «El 8 de marzo, el 8 de marzo; la madre que me parió. Yo tenía una calle y nadie me calló»; o «el feminismo camina pa'lante; el machismo camina pa'trás».

Las pancartas también salpicaron la manifestación exigiendo que ninguna agresión machista se quedara sin respuesta o que «si nosotras paramos, se para el mundo». «Mujer si no luchas, nadie te escucha», replicaban otros asistentes.

Propuestas de 'no a la guerra' y banderas de Ucrania también se pudieron ver en el atardecer leonés.

«Vamos a seguir en la calle hasta que haya una igualdad real, le pese a quien le pese», exponía una de las mujeres que acudió a este acto reivindicativo. «Hemos venido para defender nuestros derechos, que no estamos solo para hacer la comida», apuntaba otra que iba acompañada por su hijo.

Ya en la plaza de Botines, el Movimiento Feminista de León alzó la voz para recordar que su lucha implica a todas porque el sufrimiento de una mujer también es su sufrimiento.

El manifiesto puso de relieve la terrible situación que viven las mujeres y niñas afganas o ucranianas, que tratan de huir de la guerra, y de los abusos que sufren en los conflictos en sus países.

Y es que, recordaron, el 8 de marzo conmemora la lucha de las mujeres «para ser consideradas seres humanos con derechos en una sociedad que nos trata como mercancía». Y el feminismo es un movimiento social y político que la derecha y la ultraderecha quieren «borrar», mientras la izquierda busca «succionarlo» a través de sus propias agendas.

Las portavoces denunciaron la prostitución y exigieron su abolición al considerarla una violencia machista más, al igual que la pornografía. También desterraron la explotación reproductiva de mujeres y la gestación subrogada, así como una legislación que borra jurídicamente a las mujeres.

Poniendo cifras a la violencia machista, la plataforma feminista apuntó a las 43 mujeres asesinadas a manos de sus parejas en 2021, y a la seis que ya han muerto de esta forma en 2022, lo que supone 1.132 mujeres asesinadas por la violencia machista desde el año 2003. A ello sumaron 2'8 millones de mujeres que han sufrido violencia sexual en España a lo largo de su vida, con una media de seis violaciones diarias; o el alrededor del millón de menores que sufrieron abuso sexual en 2021.

Todo ello las ha llevado a exigir políticas públicas contra la violencia sexual, empleo estable y seguro, derechos sexuales y reproductivos y coeducación por una igualdad real.

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