León ardía de indignación este sábado 6 de septiembre. Bajo el grito inicial de «¡La Junta calcina a León!», decenas de manifestantes tomaron las calles de la capital leonesa para exigir responsabilidades por la gestión de los incendios forestales que han devastado la provincia y buena parte de la comunidad.
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La protesta, que partió desde la Catedral de León hasta la sede de la Junta, estuvo marcada por el sonido de petardos, motosierras y un eco unánime que pedía la dimisión del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y del presidente de la comunidad, Alfonso Fernández Mañueco.
«Es una auténtica vergüenza, 26 años de interino en esta administración, mejor dicho en esta de administración, que no es de medio ambiente, es un cuarto de medio ambiente ya», clamaba uno de los presentes, mientras otros gritaban «¡sinvergüenzas!» y recordaban cómo «en la vida se habían quemado pueblos enteros y ahora sí».
Un operativo «precario» y sin reconocimiento
Los asistentes, llegados de toda la provincia e incluso de otras como Palencia, Salamanca, Zamora o Ávila, denunciaron la precariedad del operativo de extinción.
«Necesitamos un dispositivo acorde a las necesidades»
Pablo Zurro
Brigadista
Pablo Zurro, brigadista, reclamó «un dispositivo acorde a las necesidades» y criticó que la Junta siga sin reconocer la categoría profesional de bomberos forestales.
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«Necesitamos un operativo 100% público y estable todo el año, no queremos más intereses empresariales dentro de los incendios», señaló Zurro, quien insistió en que la categoría profesional no es solo una cuestión de salario, sino de dignidad, derechos laborales y seguridad jurídica.
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Impotencia y abandono institucional
José García, otro manifestante llegado desde Salamanca, expresó la frustración compartida: «Lo que nos queda es impotencia por no haber logrado defender nuestro territorio, vidas que se han perdido, explotaciones ganaderas y cultivos destruidos, patrimonio natural reducido a cenizas… y todo por la falta de medios y planificación».
«Es necesario gestionar, no solo limpiar el monte»
José García
El descontento también apuntó a la falta de gestión del territorio y la escasa implicación del mundo rural en las políticas de prevención. «Es necesario gestionar, no solo limpiar el monte, y dar valor al entorno rural para prevenir catástrofes así», subrayó García.
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«Somos bomberos forestales, no peones»
Víctor Moro, trabajador del dispositivo de incendios en la base de Sanchores de Rueda, fue tajante: «Ha sido un mes durísimo, con 25 días de trabajo constante y pueblos enteros calcinados. La administración nos ha abandonado por completo. Exigimos la dimisión de Mañueco y Suárez-Quiñones».
«Queremos que nos cataloguen como bomberos forestales»
Víctor Moro
Moro criticó que, pese a ser los primeros en llegar a los incendios y arriesgar su vida, solo son reconocidos como «peones forestales». «Queremos que nos cataloguen como bomberos forestales, con todos los derechos que ello conlleva, incluidos los coeficientes reductores para la jubilación. No pedimos un aumento de sueldo, pedimos dignidad y reconocimiento profesional».
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Una protesta que deja huella
La marcha finalizó con aplausos, cánticos y la promesa de seguir movilizándose hasta conseguir cambios reales.
Una marcha que manifiesta el hartazgo de un sector que, además de combatir el fuego, lucha por condiciones laborales justas y por un operativo que esté a la altura de la magnitud del desafío. «Se trata de nuestras vidas y de nuestro territorio», resumió uno de los manifestantes. «No podemos seguir así».
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