«Queremos trabajar»: la hostelería leonesa saca a la calle a más de mil personas para reclamar soluciones

La hostelería se echa a la calle. Con los negocios cerrados por la Junta de Castilla y León el pasado viernes, más de un millar de personas (1.200 según la Policía Local) se han manifestado en la capital para reclamar al Gobierno central un plan de ayudas urgente que pueda mantener la mermada economía del sector.

La pandemia está detrás de la decisión de cierre tomada por el gobierno autonómico, aunque las reclamaciones se dirigen al Ejecutivo de Pedro Sánchez. El colectivo no ve que el cierre sea la solución. Sin capacidad de reacción, en la actualidad las soluciones se estrechan al máximo: solo queda el 'rescate' o la 'muerte por inanición'.

«No podemos más, nos vamos a la ruina irremediablemente si no se nos ayuda», aseguraba antes de la manifestación Paula Álvarez, gerente de la asociación de hosteleros leoneses. «Cerrando los establecimientos las cifras de contagios no baja»

Marchando de la Plaza de Regla a la Subdelegación del Gobierno, los manifestantes corearon lemas como «queremos trabajar». El sector estima que al menos hasta después del puente de diciembre no podrán abrir.

«Somos conscientes de que el 96% de las empresas de hostelería no tienen más de 50 trabajadores, si se alarga mucho el cierre las cifras de negocios que digan adiós serán de entre el 70 y el 80 por ciento», apuntaba Álvarez.

«Pedimos justicia empresarial, económica y social» se ha insistido con una parte determinante para la economía local.

Exigiendo un «rescate ya», no fueron pocos los que pidieron medidas como las emprendidas por el gobierno alemán.

Además desde la Asociación de Hostelería se ha destacado como hecho simbólico el dejar pan duro ante la subdelegación del Gobierno. «Consideramos que lo que nos están dando son migajas, lo que sobra. No se da el valor a la hostelería y a lo que supone».

Juan Carlos es uno de los hosteleros afectados por la medida. Su situación, según afirma, es extrema. «No sé si haremos algo pero había que venir, nos van a arruinar, tenemos un pequeño bar familiar y la situación no solo pasa por el cierre, sino por lo que se acumula».

Héctor pertenece a una familia donde la hostelería es más que una tradición que pasa de generación en generación. El objetivo es seguir trabajando, pero no parece fácil. «Nos estamos reinventando, pero servir café para llevar no llega, no permite tener un trabajo digno ni mantenerlo». El joven recuerda que León «vive de la hostelería y es clave tener una ayuda en este momento».

Depositando pan duro a las puertas de la Subdelegación del Gobierno, los hosteleros criticaron ser el foco de las medidas limitadoras, asegurando que esas son las migajas que les deja el ejecutivo de Pedro Sánchez.

Sacudidos por un cierre obligatorio, un confinamiento perimetral y el toque de queda a partir de las 22:00 horas, el sector exige soluciones personalizadas que garanticen su continuidad y viabilidad.

En la actualidad, y según los registros oficiales, las licencias de hostelería en sus diferentes versiones alcanzan las 4.000 en la provincia y la sensación es que muchas de ellas se perderán por el camino.

Los representantes del sector creen que se perderán unos 1.500 establecimientos (500 más de los estimados en el inicio de la crisis) y todo lo que esté por debajo de esa cifra será casi un milagro.

La pérdida de establecimientos irá acompañada por una enorme sangría en el terreno laboral. Hasta la llegada del Covid-19 la hostelería daba empleo a 12.000 trabajadores de forma directa y a unos 8.000 vinculados de forma indirecta.

Cuando pase la crisis, y atendiendo al número de establecimientos que no levantarán sus puertas, la previsión es una pérdida laboral de 5.000 empleos a los que habría que sumar otros 2.500 asociados a empresas que trabajan directamente con las hostelería.

De las 1.200 licencias de hostelería con las que cuenta la capital la Asociación de Hostelería y Turismo de León estima que un 15% de los establecimientos «no han podido levantar la trapa» y esa cifra podría alcanzar entre el 25% y el 30% tras el actual cierre.