La atención a la prostitución se eleva en León en nueve meses a las 263 personas, un 83% mujeres
Tras la crisis sanitaria y el cierre de clubes, en actualidad, las personas que ejercen la prostitución «atienden a un menor número de clientes, con mayores prácticas de riesgo en lugares más ocultos y dispersos» | Aclad busca llevar atención sanitaria y cubrir las necesidades básicas de estas personas, que en muchos casos son víctimas de trata de personas
La situación generada por la crisis de la covid-19 ha dejado a muchas personas que ejercen la prostitución en una situación critica. Aclad trabaja en León con todas estas personas para aliviar su dolor (físico y emocional) y tratar de cubrir las necesidades básicas que en muchos casos ellas no pueden.
En León no se conoce con exactitud cuál es el número de personas que ejercen en la actualidad, tan sólo aquellas a las que Aclad atiende. En el momento actual, la asociación trabaja con 263 personas que ejercen la prostitución en el conjunto de la provincia de León.
Un gran número de personas que «debido al cierre de clubes, han comenzado a ejercer más en la calle y en pisos», con todos los riesgos que eso conlleva. La trabajadora social Griselda Otero Morán y la psicóloga Lydia Domínguez Sánchez, recuerdan que «al inicio de la pandemia y debido al confinamiento muchos de los clubes y pisos cerraron o bien redujeron notablemente su actividad».
Esto produjo un agravamiento a la ya complicada situación de la prostitución y también se vio en su trabajo durante esos meses. En actualidad, las personas que ejercen la prostitución «atienden a un menor número de clientes, con mayores prácticas de riesgo en lugares más ocultos y dispersos».
En los nueve primeros meses de 2020 se han atendido a 263 personas que ejercen la prostitución a través de la Asociación de Ayudad Aclad, de las cuales el 83,4% son mujeres. Unas cifras similares a las del ejercicio anterior, ya que en 2019 Aclad prestó servicio a 377 personas, un 87% mujeres.
Dificultad para dejar la prostitución
En la mayoría de casos, tal como explican las profesionales de Aclad, «comienzan a ejercer con una media de edad de 24 años, aunque a veces son muy jóvenes». Son mujeres vulnerables, con graves problemas económicos, víctimas de la pobreza en su país de origen, en algunos casos sufren discriminación y marginación (homosexuales, transexuales y transgénero), han sido víctimas de violencia de género, de trata y/o de explotación sexual.
Derivado de un inicio temprano de la prostitución, la mayoría de las mujeres no abandonan la profesión porque son víctimas de trata. Por este motivo, «es fundamental trabajar la recuperación psicológica». Además desde Aclad remarcan que su situación es irregular y no pueden acceder a un empleo.
La mayor parte de las mujeres que están en situación de poder abandonar la prostitución, contestan lo mismo: «quieren un empleo con el que puedan vivir, pagar los gastos de alquiler y manutención y en la mayoría de los casos tienen cargas familiares y son la única fuente de ingresos de su núcleo familiar».
Muy pocas personas lograr dejar la prostitución, pero desde Alcad siguen trabajando para que cada día sean más.
Una ayuda de necesidad
El trabajo de Aclad en León es tan complicado como necesario. El contacto de la asociación con estas personas se lleva a cabo por dos vías. «Hacemos salidas a clubes de ciudad y de provincia y a pisos donde se ejerce la prostitución», explican la trabajadora social Griselda Otero Morán y la psicóloga Lydia Domínguez Sánchez. Pero también hay ocasiones en que «las personas vienen a la asociación».
En ambas situaciones lo que se trata es de conocer su estado de salud, a través del servicio médico de la asociación, pero también se ofrece apoyo psicológico y atención social.
«En los clubes, nos encontramos con personas nuevas y otras que ya conocemos, de otros clubes o pisos o porque han venido a la asociación por mediación de otra persona», pero la relación es complicada. Las personas que ejercen la prostitución han sido, en multiples ocasiones, engañadas, por lo que trabajar la confianza también es necesario.
En Aclad han incorporado nuevas ayudas para poder cubrir la falta de alojamiento, alimentación e higiene básica, con mayor gravedad por la pandemia de la covid-19, con el apoyo de la Dirección General de la Mujer de la Junta de Castilla y León.
Promesas y mentiras
La situación de las mujeres a las que ayuda Aclad es complicada, pero tiene particularidades. La mayoría de ellas han sido engañadas o son víctimas de trata de personas. Pero aún así su historia es personal, individual y su sufrimiento es único.
La Asociación ha atendido recientemente a dos mujeres que se desplazaron a León por un trabajo prometido, pero que resultó no ser cierto. «Eran familia y para poder subsistir y mantener a su familia, comienzan a ejercer la prostitución», aseguran desde Aclad.
«Con el transcurrir del tiempo, se han dado cuenta de que no es fácil regularizar su situación en España, ni encontrar un empleo», lamentan desde la Asociación. Una situación que se enmarca dentro de la huída de su país de una situación precaria.
Un viaje que hicieron con un sueño, con una ilusión que se volvió en su contra y que a día de hoy es una pesadilla. «Han sufrido situaciones de violencia y han tenido muchas dificultades para cubrir sus necesidades básicas y las de su familia», recuerdan desde Aclad. En estos momentos la asociación lucha, junto a Cruz Roja, para gestionar el retorno voluntario a su país de origen.