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En un año complicado por la llegada de la covid-19, que ha puesto a prueba la capacidad de resistencia de la Asociación Leonesa de Caridad (Asleca), esta entidad benéfica sigue dando servicio a la ciudad y a los colectivos más vulnerables.
Con distintos campos de ayuda, como el servicio de comidas, ayuda a domicilio, el centro de acogida de mujeres víctimas de violencia de género y el servicio de higiene, la asociación sigue adelante.
En su memoria anual de 2019, cuya presentación se ha retrasado a causa de la pandemia, Asleca, en su servicio principal de comedor social, ha atendido a 823 usuarios, a los que ha dado 77.866 servicios, que se reparten en 20.236 desayunos, 26.100 cenas y 30.765 almuerzos.
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Este grupo de 823 usuarios son, en su mayoría, hombres (716), algo que Sor Esther Seoane explica que «suelen tener problemas de relaciones afectivas, laborales y no tienen domicilio». En este sentido, buscan que estos usuarios puedan tener «ingresos», por lo que apuestan por su formación y por ayudarles en la búsqueda de recursos.
Por ello, califican a la mendicidad como «un mal social», especialmente para los que lo practican, y destacan que en la mayoría de las ocasiones, «ese dinero que consiguen no va para una pensión o para comer, sino para dependencias como alcohol y drogas».
En otro ámbito, Seoane también ha destacado las 742 duchas efectuadas en las instalaciones de Asleca en 2019 y los 1.685 lavados de ropa completados, con un sistema en el que los usuarios de este comedor dejaban en dicho centro su ropa, estando al día siguiente limpia y lista para ser usada.
Asleca también dispone de un centro de acogida para mujeres víctimas de violencia de género donde no solo se cubren necesidades básicas como alimentación y alojamiento, también se colabora en la búsqueda de trabajo y formación. «Son situaciones límites las que se viven, algunas vienen con niños y, por ejemplo, actualmente una de las mujeres cuenta con un bebé de siete meses», explica. En 2019, acogieron a cuatro mujeres.
Otro de los servicios es la ayuda a domicilio para personas que por edad o enfermedad, tienen dificultades para cumplir con sus necesidades básicas pero «no cumplen con el perfil de usuario del comedor social». En la actualidad, son cuatro los usuarios de este servicio.
Seoane ha destacado que son 105 los voluntarios que colaboran con Asleca, en una aportación «fundamental» para poder llevar a cabo esta acción tan importnate «para personas que vivien un desarraigo social, laboral y familiar».
En este sentido también se ha pronunciado la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de León, Vera López, que ha destacado la «función clave» del voluntariado para «cumplir con las necesidades básicas de los más desfavorecidos». «El apoyo a Asleca en estos duros meses ha sido clave para solventar situaciones muy adversas», señala.
En cuanto a las cuentas, Félix Llorente, presidente de Asleca, ha destacado que la asociación ha tenido un déficit de 40.417,96 euros en el año 2019, donde hubo un total de 410.678,49 euros de gastos y 370.260,53 euros de ingresos.
La principal partida de gastos son la compra de alimentos (42%) con 171.713,71 euros, seguido de los gastos de personal (39%), con 161.609,61 euros, con seis empleados en Asleca. En cuanto a los ingresos, la principal partida son los donativos en especie (30%), con 111.734,88 euros, seguido de los donativos de patrocinadores (28%), con 102.248,69 euros, y las subvenciones oficiales (21%), con 76.356,32 euros, si bien es cierto que Llorente ha destacado que han caído más de un 7% respecto a 2018.
Por último, Llorente ha destacado las dificultades económicas vividas durante la covid-19, con un gasto extra de más de 1.000 euros mensuales para comprar tuppers para el servicio de comidas. «No sé como terminaremos, pero creemos en los milagros. Es una situación complicada», ha señalado.
El presidente de Asleca ha agradecido la colaboración del Ayuntamiento de León, que ha financiado la compra de alimentos en abril y mayo, algo que les ha dado aire para sobrevivir en esta situación tan complicada. «Hemos pensado, incluso, en tener que cerrar el comedor, pero seguimos adelante», ha sentenciado.
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