De 18 a 82 años: más jóvenes y pensionistas duermen en las calles de León
El Proyecto de Atención Integral a Personas Sin Hogar ofrece un salida a esta situación: «Empiezas preguntando, ¿quieres que me acerque? Estamos aquí para lo que quieras»
En 2012 nacía el Proyecto de Atención Integral a Personas Sin Hogar, impulsado por Cruz Roja León, y que cuenta con la financiación de la Junta de Castilla y León. Guiomar Fernández y Miguel, junto a 29 voluntarios, forman parte del equipo que este año han atendido a 197 en situación precaria que duermen en la calle o en lugares que no cumplen con condiciones mínimas de habitabilidad.
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«Los perfiles son diversos. Estamos notando un aumento de personas jóvenes, de mayores que no pueden acceder a una vivienda, de migrantes y de personas con problemas de salud mental», explica la técnico, quien resalta que el 18% de las atenciones -34- correspondiente a mujeres, una cifra que va en aumento.
A todos ellos se les ofrecen tres líneas de actuación: la psicosocial -oficina- que incluye actividades de ocio o formular solicitudes administrativas, entre otras cosas; el Centro de Higiene de Puente Castro, por el que han pasado 65 personas este año con más de 450 servicios anuales; y la Unidad de Emergencia Social, los martes y los jueves, con la furgoneta que recorre diferentes calles de la ciudad y asistiendo a 74 personas.
Ahí aparece Carmen M.B., voluntaria de Cruz Roja desde hace un año. Su tarea consiste en acercarse a la gente si hogar con un café, «que es el gancho del calor y la cercanía» e informarles de los recursos que frecen. «Nosotros escuchamos, hablan cuando quieren, les insistimos en las visitas pero sin forzar. Solo les forzamos para decirles que están ahí, martes y jueves, y el día que quieran pueden hablar, siempre desde el punto de vista de no juzgar».
Recuerda su primer día como «impactante», pero su imagen cambió pronto al ver el «trato muy grato» de aquellos a los que se acercaba. Y en todo este tiempo ha podido ver las dos caras de este trabajo: la de una persona que llevaba tiempo sin ver, pensando que había logrado salir de la calle, y volver a verlo en el servicio; y la de un joven que no conocían, que se acercó a ella y al día siguiente estaba en las oficinas de Cruz Roja recibiendo ayuda.
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La furgoneta realiza un recorrido por diferentes calles de la ciudad y busca a esa gente que no tiene un lugar para pasar la noche. «La clave es tener sensibilidad», insisten. «Empiezas preguntando: ¿quieres que me acerque? Si es que no, que sepas que este es tu espacio y estamos aquí para lo que quieras». Y ese no de un martes, quizás el jueves se convierte en un sí.
Muchos de ellos tienen dudas sobre los recursos que Cruz Roja ofrece, sobre cómo acceder y sobre cuánto tiempo, e incluso los derechos que tienen a prestaciones. «Nadie quiere estar en una situación así», exponen. Y cuentan con muchas personas que «han logrado salir», e incluso se han mantenido, y también otros que han vuelto.
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En la calle ven a gente de todas las edades, desde los 18 hasta los 82 años e, insisten, no se debe mirar hacia otro lado porque nunca se sabe lo que puede deparar el destino.
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