50.000 personas disfrutan del show aéreo bajo un sol de justicia
La campa de la Academia Básica del Aire celebra su 25 aniversario en un multitudinario acto donde no faltaron actividades infantiles, exposiciones, puntos de venta de merchandaising y tascas para saciar el calor
RUBÉN FARIÑAS
LA VIRGEN DEL CAMINO
Domingo, 11 de junio 2017, 17:28
Nadie se quiso perder una cita única para León. Fueron cuatro horas de espectáculo y la Academia Básica del Aire parecía que se podía quedar pequeña desde primera hora de la mañana.
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Miles de personas formaban hileras humanas para intentar acceder al recinto y disfrutar del festival aéreo conmemorativo del XXV Aniversario de la creación de la escuela de pilotos de La Virgen del Camino.
El sol, a medida que avanzaba la mañana, apretaba aún más. Cualquier lugar era bueno para localizar una sombra y detenerse a contemplar el show desde esa posición. Desde alas de aviones expuestos, los paraguas -a decenas-, las gorras- con el personal de merchandaising haciendo el agosto en junio- y cualquier tendejón que tapara del sol era válido.
Alrededor de 50.000 personas acudieron a un multitudinario acto que convirtió la campa en un hervidero de gente en busca de la mejor fotografía, un puesto en primera línea, o deun buen bocadillo para saciar el hambre de media mañana.
Espacio para los niños y las exposiciones
Los niños también tuvieron su espacio. El personal de la Academia Básica del Aire, perfectamente organizados, dirigían las actividades que permitían a los más pequeños montarse en aeronaves, probar con aparatos de armamento, entrar en un satélite y, lo que más éxito tuvo, una yincana en la que debían salvar diferentes obstáculos para lograr llegar a la meta.
La exhibición estática presente en el terraplén contaba con cada uno de los aviones que participaron en el festival aéreo. A ello se unió una exposición de coches antiguos y de alta gama del concesionario Alauto.
Los puestos con productos de aviación y de la marca de la academia se llegaron a colapsar ante la gran demanda de suvenires por parte del público asistente. Lo mismo ocurrió con las tascas, que no daban a basto para servir a las miles de personas que buscaban el refrigerio y el tentempié.
Una jornada donde el sol brilló con mucha fuerza pero sin lograr eclipsar a los pilotos que lograron cautivar a los visitantes y que estos respondieran con vítores a cada acrobacia.