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La conservadora alemana Ursula von der Leyen. AFP

Von der Leyen es la nueva líder de Europa

La Eurocámara ratifica el nombramiento de la primera mujer que presidirá la Comisión, pero con un margen ajustado de 383 votos

Salvador Arroyo

Corresponsal en Bruselas (Bélgica)

Martes, 16 de julio 2019, 10:25

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Se llevó la mano al pecho, esbozó una sonrisa nerviosa y lanzó un soplo de alivio. Esa fue la reacción de Ursula von der Leyen nada más escuchar el veredicto de una Eurocámara que la ratificó este martes como la primera mujer que liderará el proyecto común europeo. Fue su respuesta sin disimulo a un 'sí' muy apretado (apenas nueve votos más de los que se le exigían) que evidencia la profunda división del Legislativo. Tanto que pareció haberse inclinado por el mal menor, por digerir la humillación de unos líderes que han vuelto a elegir a dedo a un aspirante al puesto más codiciado de la Unión Europea (UE), para evitar un choque de trenes institucional de resultado incierto.

«Me siento abrumada por la gran responsabilidad. Mi trabajo empieza ahora y trabajaremos juntos de manera constructiva porque se trata de conseguir una Europa fuerte y unida», aseveró la alemana en su breve intervención ante los parlamentarios, nada más conocer el resultado. A las 19.34 horas se le despejaba el camino hacia el despacho de Jean-Claude Juncker, al que sustituirá al acabar el actual mandato, el 31 de octubre. 383 votos -un margen muy ceñido si se tiene en cuenta que la mayoría absoluta que requiere el proceso está en 374-, la confirman como la encargada de coger el timón de la Unión Europea hasta 2024. El índice de apoyo más bajo conseguido por un presidente de la Comisión desde hace más de dos décadas; un 51,3% muy alejado del 56,2% que cosechó su predecesor en 2014.

Y todo tras una hora y media de máxima tensión, la que duró el pleno vespertino dedicado a ese sufragio. La coreografía, conocida. Los eurodiputados depositaron su voto secreto en una de las ocho urnas repartidas por el hemiciclo, cada una bajo la supervisión de un escrutador. Los requisitos, introducir la papeleta doblada dentro de un sobre en la urna que se correspondiera con la letra inicial del apellido, previa identificación. 733 papeletas: 327 rechazaban a Von der Leyen, 22 abstenciones y una nula.

La sesión se había retomado pasadas las seis de la tarde después de 3 horas y 54 minutos de interpelaciones y debate, que se habían sucedido por la mañana, con hasta 95 intervenciones. Tres de ellas, las más extensas, protagonizadas por la aspirante alemana, que presentó sus propuestas de gobierno para el nuevo ciclo político con importantes guiños a los socialdemócratas, dada la importante fractura que ha existido en esta familia política en torno a su figura desde que los líderes pronunciaron su nombre en alto el pasado 2 de julio.

El discurso de Von der Leyen, con marcado acento europeista, verde y social sí pareció convencer a grupos como los liberales, que apenas media horas antes de la votación comparecían en rueda de prensa para asegurarle un apoyo que se sumaba al ya garantizado por los suyos, los eurodiputados del Partido Popular Europeo. Pero en las filas de la socialdemocracia, las grietas no se cerraron. La condición secreta del voto daba un margen amplio para la incertidumbre. Y así fue.

Respaldo euroescéptico

Populares, socialistas y liberales, cuyos jefes de Estado y Gobierno, se han repartido los cargos top de la UE hubieran sumado 444 votos con plena disciplina. Pero faltaron 61 'síes'. E incluso más si se tiene en cuenta que partidos como el polaco PiS Ley y Justicia integrado en el grupo de tinte euroescéptico Conservadores y Reformistas brindó su apoyo a la germana. Conclusión, amarró votos ajenos a la órbita política más proeuropea.

Los Verdes se mantuvieron en el 'no' y la extrema derecha de Identidad y Democracia, el grupo abanderado por Mateo Salvini y Marine Le Pen, también. Algo que la alemana había agradecido expresamente en la sesión matinal. «Me siento muy aliviada -se dirigió a su portavoz, Jörg Meuthen- ya que todo lo que define va en contra de mis valores más profundos».

Pero ni esa respuesta contundente ni el discurso sólido que pronunció la permitieron salvar la elección con un apoyo más holgado. Ni tan siquiera pareció tener efecto el apoyo que le prestaron Manfred Weber (Partido Popular Europeo), Frans Timmermans (Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas) y la liberal (Magrethe Vestager), considerados 'legítimos' aspirantes por el Parlamento Europeo, al ser ellos los cabezas de lista que dieron la cara en las elecciones del pasado 26 de mayo. «Abordar la crisis climática; salario mínimo para todos los trabajadores europeos; impuestos justos; defender nuestros valores y defender el estado de derecho: éstas son cosas que les prometí a los votantes en la campaña electoral. Es bueno ver que son parte del programa de Von der Leyen», destacaba el neerlandés Timmermans, la apuesta progresista en los comicios de mayo y futuro vicepresidente primero en el nuevo Ejecutivo comunitario.

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, principal valedor de Timmermans en las negociaciones para elegir a los altos cargos de la UE, fue uno de los primeros líderes que felicitó a la alemana. «Tenemos que trabajar juntos para combatir la urgencia climática, el desempleo o lograr una igualdad real. Por una Europa más social, justa, sostenible y feminista», escribió en Twitter. Y Angela Merkel lo celebró destacando las cualidades de la que hasta ahora ha sido su mano derecha como ministra de Defensa: «Me alegro porque la Comisión tendrá una jefa convencida y persuasiva. Aunque pierdo a una ministra de larga trayectoria -añadió-, gano un nuevo socio en Bruselas».

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