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Macron y Merkel reciben a la representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, antes de la cumbre con países de los Balcanes en Berlín. AFP
Merkel y Macron buscan paz en los Balcanes

Merkel y Macron buscan paz en los Balcanes

Berlín y París estudian con los países de la zona fórmulas para que Serbia y Kosovo retomen el diálogo en una reunión que sorprende en la UE

juan carlos barrena

Corresponsal. Berlín

Lunes, 29 de abril 2019

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La canciller federal, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, conminaron este lunes a Serbia y Kosovo a entenderse y buscar el diálogo con motivo de la celebración en Berlín de una cumbre para los países de los Balcanes occidentales. «Solo son posibles progresos cuando los países interesados no actúan el uno contra el otro», dijo Merkel, quien calificó de «equivocado» que Belgrado se niegue a reconocer la independencia de la antigua provincia serbia y Pristina imponga aranceles suplementarios a la importación de productos serbios.

Macron se expresó en términos parecidos y subrayó además que Berlín y París «no tienen intención de imponer a Belgrado y Pristina una solución» a su conflicto, sino de estudiar con el resto de los países de la región todas las opciones posibles, profundizar en el debate y reactivar el diálogo entre ambas partes. La canciller alemana comentó igualmente que la reunión informal en Berlín no tenía como objetivo tomar decisiones, sino sondear desarrollos positivos en la región en la que se desarrolló la última guerra europea poco antes del fin del siglo XX.

LA CLAVE

  • 2008. Kosovo proclamó ese año su independencia de Serbia, reconocida desde entonces por más de un centenar de países pero no por España. Belgrado lo sigue considerando una de sus provincias. La reconciliación es imprescindible para cualquier aspiración de acceso a la Unión Europea.

  • «La UE no está unida». El presidente kosovar solo ve posible una solución al conflicto con Belgrado con la mediación de EE UU

Además de Merkel y Macron, a la cita se sumaron los jefes de Estado y gobierno de Serbia y Kosovo, pero también de Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia del Norte, así como Croacia y Eslovenia, países estos últimos miembros ya de la Unión Europea y antiguos integrantes de la extinta república de Yugoslavia. Federica Mogherini, representante de la UE para Asuntos Exteriores, completó el círculo de dirigentes invitados a la cita, en la que también se abordaron las aspiraciones de integración en la Unión Europea de los seis Estados balcánicos fuera aún del grupo continental.

Desconcierto en Bruselas

El encuentro despertó, sin embargo, suspicacias en la UE. «Estamos un poco desconcertados en Bruselas acerca de la meta que la canciller persigue con su conferencia de los Balcanes», dijo el eurodiputado socialdemócrata alemán Knut Fleckenstein, que expresó su sorpresa por una iniciativa así a pocas semanas de las elecciones europeas y sin consultar a sus socios.

Más drástico fue el propio presidente de Kosovo, Hashim Thaci, para el que solo es posible una solución para el conflicto con Serbia con la mediación de Washington. «Sin EE UU no habrá diálogo, ni negociaciones, ni acuerdo», dijo en declaraciones a Reuters el máximo mandatario del pequeño país, cuya independencia no reconoce España, pero tampoco Chipre, Eslovaquia, Grecia o Rumanía. Thaci subrayó que no hay consenso en el bloque comunitario para establecer una postura común para la resolución del conflicto serbio-kosovar. «La UE no está unida en este proceso», recordó el presidente de Kosovo, que rebajó igualmente las posibilidades de éxito de la reunión en Berlín al comentar: «No espero milagros».

Kosovo declaró su independencia en 2008, casi diez años después del final de la guerra civil que trajo consigo la descomposición de la federación yugoslava. El pequeño Estado ha sido reconocido por numerosos países, entre ellos Alemania y EE UU, pero no por Serbia ni por Rusia, la potencia que defiende los intereses de Belgrado. La falta de acuerdo entre los Estados en conflicto obstaculiza las negociaciones para un futuro ingreso de Serbia, pero también de Kosovo, en la Unión Europea.

La reconciliación es condición fundamental impuesta por Bruselas para el progreso de las conversaciones iniciadas en 2014. Al comienzo de la reunión Merkel y Macron subrayaron el ejemplo de Macedonia. La antigua república yugoslava aceptó en febrero cambiar su nombre por el de Macedonia de Norte para acabar con el conflicto con Grecia y abrir así la vía para ingresar un día en la UE.

El intercambio de territorios, una fórmula peligrosa

El presidente de Kosovo, Hashim Thaçi, rechazó negociar con las autoridades de Serbia un acuerdo para un intercambio de territorios con los que, clamó, «nunca» comerciará, aunque se mostró abierto a estudiar correcciones en la frontera para normalizar las relaciones entre ambos países.

Las autoridades de Belgrado lanzaron el año pasado por primera vez la idea de un intercambio de territorios con Pristina, una propuesta que fue rechazada por las autoridades kosovares por considerarla inaceptable y también por la mayoría de países de la comunidad internacional por entender que la oferta era demasiado peligrosa. Los críticos con la propuesta sostienen que un acuerdo de este tipo abriría viejas heridas en una región que todavía vive marcada por las guerras que supusieron la desintegración de Yugoslavia en la década de los 90. Aunque los detalles de la idea no se revelaron, el intercambio de territorios conllevaría probablemente entregar el norte de Kosovo a Serbia a cambio de un valle del sur de este país que tiene mayoría de población de origen albanés.

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