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El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno (d), y el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Efe

El Eurogrupo refuerza su «compromiso» con un presupuesto del euro que continúa difuso

Los ministros de Economía cierran en Luxemburgo, tras doce horas de reuniones, un pacto de mínimos que deja «abiertas todas las opciones»

Salvador Arroyo

Corresponsal en Bruselas (Bélgica)

Viernes, 14 de junio 2019, 10:47

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Avanzada la madrugada, a las 4.30 horas, el portavoz de Mario Centeno, presidente del Eurogrupo, comunicaba a través de Twitter que los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE), reunidos en Luxemburgo, se levantaban de la mesa con un acuerdo sobre el presupuesto del euro, uno de los instrumentos llamados a reforzar la arquitectura de la divisa común. El compromiso ha resultado ser incluso más difuso de lo que se esperaba como resultado de las importantes divergencias que existen en torno a esta fórmula entre los países del norte y los del sur de Europa. «El texto es forzosamente un compromiso, se han pactado sus principales características», ha subrayado el portugués en una comparecencia a primera hora de este viernes. Una idea que, a su lado, ha reforzado el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, con esta reflexión: «Lo que tenemos es el máximo que se podía alcanzar en la situación actual, porque hay algunos ministros que estaban totalmente en contra de ese principio, del texto y de los hechos».

¿Vaso medio lleno o medio vacío? Más bien lo segundo. Moscovici se refería a esa disputa que ha marcado durante meses las negociaciones del presupuesto del euro y que pivotó durante las doce horas de reuniones que comenzaron al mediodía del jueves y han culminado al amanecer. Dos bloques, con los Países Bajos, Suecia, Dinamarca o Finlandia en el flanco duro, muy exigentes con la disciplina presupuestaria; y otro más solidario, con Francia, España o Portugal a la cabeza, partidarios de una fórmula con capacidad para ayudar a los países que se enfrenten a situaciones económicas delicadas. Una verdadera herramienta «anticrisis».

Los segundos habrían conseguido, según ha defendido la ministra Nadia Calviño, frenar el rumbo que pretendían los primeros. «Nosotros siempre hemos defendido que el instrumento permita financiar reformas estructurales e inversiones. Eso se recoge en los términos acordados. También era importante que los desembolsos no estuvieran condicionados a la realización de reformas estructurales y eso no está en el texto». Pero existe de forma expresa un factor de condicionalidad. El grifo se abriría si se cumplen una serie de requisitos. Pero la delegación española interpreta esa condicionalidad como «la normal para los fondos comunitarios, no tiene nada que ver con memorandos de entendimiento o programas, es lo normal que se establece para cualquier instrumento del marco financiero plurianual (el presupuesto general de la UE). Se han evitado las condicionalidades específicas».

La sensación es que los ministros han acordado seguir acordando. «Tenemos que seguir trabajando», ha incidido Calviño, en la línea de lo que planteaban minutos antes tanto Moscovici como Centeno en rueda de prensa. Y, en principio, con todas las opciones abiertas. Porque Calviño ha insistido en que el factor estabilización (que permitiría, por ejemplo, asistir de urgencia a un Estado amenazado por la especulación de los mercados financieros), tampoco está descartada. «Se seguirá trabajando en un instrumento de estabilización como tal y se deja abierta la puerta a que una cofinanciación nacional complementaria que pudiera graduarse en atención a la evolución de la economía y a otros parámetros».

Porque también esa derivada, clave en todo presupuesto, la de la financiación, la de su tamaño, queda sin aclararse. De entrada contaría con una asignación del presupuesto general de la UE que rondaría los 17.000 millones de euros, según la cifra que se ha venido barajando en las últimas semanas. Pero no hay decisión definitiva sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo intergubernamental que posibilitará inyecciones adicionales desde las capitales para dar a ese presupuesto mayor consistencia.

España, según lo subrayado por la responsable en funciones de Economía, seguirá trabajando «para que tenga el mayor carácter estabilizador posible y, en todo caso, para contar con otro pilar de estabilización que debería orientarse al reaseguro del empleo para crear redes de seguridad no solo para los bancos sino también para las personas». Una referencia directa a la propuesta de activar un seguro de desempleo que complementaría los nacionales en la que se sigue trabajando a nivel técnico.

La reunión que los líderes mantendrán el jueves y viernes próximo en Bruselas servirá para que «tomen nota» sobre lo acordado y hacer un llamamiento a seguir trabajando en esta dirección. No se espera ninguna modificación. Los líderes también avalarían los compromisos más concretos logrados ayer en relación con el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para ayudar a los países con problemas. La herramienta, creada hace siete años, en plena crisis, tendría una mayor capacidad precautoria ante nuevos riesgos y se orienta fundamentalmente a dar soporte a bancos centrales bajo amenaza.

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