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Barco pesquero en aguas del Mediterráneo. Efe
La Eurocámara da luz verde al primer plan pesquero del Mediterráneo para combatir la sobrepesca

La Eurocámara da luz verde al primer plan pesquero del Mediterráneo para combatir la sobrepesca

Los eurodiputados aprueban también nuevas medidas de recuperación del pez espada

europa press

Bruselas

Jueves, 4 de abril 2019, 14:07

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El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este jueves el primer plan de gestión pesquera del Mediterráneo Occidental, que afecta a España, Italia y Francia e incluye reducciones del esfuerzo pesquero con el objetivo de combatir la sobrepesca de especies como merluza, cigala, gamba de altura y gamba roja, al tiempo que busca garantizar la sostenibilidad de la actividad.

En concreto, los eurodiputados han dado su visto bueno con 467 votos a favor, 62 en contra y 101 abstenciones al acuerdo alcanzado a principios de febrero con los Estados miembros, que todavía deben aprobar el reglamento para que pueda entrar en vigor veinte días después de su publicación en Diario Oficial de la UE.

El 31% de todas las capturas en el Mediterráneo tienen lugar en la cuenca occidental y las especies demersales tienen un importante valor comercial. De hecho, el 80% de los stocks evaluados en la región sufren sobrepesca. Según cálculos de la Comisión Europea, la flota cubierta por el plan asciende casi a 10.900 embarcaciones, de las cuales el 50% son italianas, el 39%, españolas y el 11%, francesas.

El plan, que se aplica tanto a pesca comercial como a recreativa y capturas accesorias, deberá ser evaluado cinco años después de su inicio y cada tres años después del primer análisis.

En concreto, establece que el esfuerzo máximo admisible debe reducirse un 10% en 2020, el primer año de aplicación del plan, en comparación con días de pesca permitidos entre 2012 y 2017. Para el conjunto de los primeros cuatro años de aplicación, el esfuerzo pesquero debe disminuir un 30%.

Prohibición del arrastre

Además, impone la prohibición del uso de redes de arrastre dentro de la zona de seis millas náuticas desde la cosa, excepto en fondos marinos con más de 100 metros de profundidad, durante periodos de tres meses que podrán establecer los propios Estados miembros a la luz de datos científicos que avalen una reducción del 20% de las capturas de juveniles de merluza.

Por otro lado, impulsa la gestión compartida entre países, comunidades locales y otras partes involucradas, facilita el cumplimiento de la obligación de desembarque, limita la pesca recreativa cuando su impacto sobre la mortalidad es elevado y limita a 15 las horas de pesca diaria (18 horas teniendo en cuenta el tiempo de tránsito entre el puerto y la zona de pesca).

La responsable del informe aprobado es la eurodiputada del PSOE Clara Aguilera, para quien el acuerdo alcanzado con los Estados miembros para crear el primer plan de gestión del Mediterráneo es «el mejor posible», según defendió en el debate que tuvo lugar en la sesión plenaria de este miércoles.

La andaluza destacó también que el reglamento tienen el objetivo de «revertir la tendencia» de la sobreexplotación de las especies y asegurar que a largo plazo se gestiona la actividad «de una forma más sostenible».

Plan de recuperación del pez espada

Por otro lado, los eurodiputados han aprobado un segundo texto que incorpora a la legislación de la Unión Europea las recomendaciones de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) para la recuperación del pez espada en el Mediterráneo.

Las nuevas medidas refuerzan otras que ya estaban incorporadas en la legislación comunitaria, como la cuota de 10.500 toneladas, el periodo de cierre de la pesquería de enero a marzo y la derogación de la obligación de desembarco.

La actualización del plan de recuperación del pez espada permitirá a los Estados miembros conceder autorizaciones de pesca a embarcaciones que tienen un récord de capturas, distribuir cuotas nacionales para las oportunidades de pesca a varios segmentos de la flota, con la prioridad en la pesca artesanal y tradicional, y garantizar que al menos el 10% de los buques tienen observadores científicos tres años después de la entrada en vigor.

También incluye otras medidas técnicas como un tamaño mínimo de 100 metros de longitud o un peso mínimo de 11,4 kilogramos por ejemplar, un periodo de cierre de octubre a noviembre para buques palangreros, la promoción de aparejos y técnicas selectivas para reducir las capturas accesorias de especies vulnerables y la prohibición del uso de redes de deriva y el impulso a los anzuelos circulares.

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