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Sergei Skripal, en una imagen de archivo. EFE

El exespía ruso Skripal y su hija siguen en estado crítico

Boris Johnson advierte a Moscú que la selección inglesa podría boicotear la Copa del Mundo

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal. Londres

Martes, 6 de marzo 2018

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Al disidente búlgaro Giorgi Markov lo mataron en 1978 con ricino, inyectado con la aguja que remataba la punta de un paraguas cuando esperaba en una parada de autobús, en el puente de Waterloo. A Alexander Litvinenko lo envenenaron, en 2006, con plutonio disuelto en una taza de té, en la cafetería de un lujoso hotel, en el barrio de Mayfair, a cuatro pasos de la antigua embajada de Estados Unidos.

Hay otras muertes que han dejado dudas sobre su causa y cuyas circunstancias nunca han sido esclarecidas. La escena del posible envenenamiento de Sergei Skripal y de su hija Yulia ofrece de nuevo estética de novela. Fueron descubiertos en un estado de intoxicación grave en un banco de un pequeño parque, en el centro comercial de la exquisita capital de la planicie de Salisbury, rica en restos neolíticos.

Boris Johnson, ministro de Asuntos Exteriores, ha sido solemne en el Parlamento: "Digo a los países del mundo que ningún intento de cobrarse la vida de inocentes en suelo británico quedará sin sanción y sin castigo". Ha sugerido que, si se confirma que Rusia está detrás del crimen, la selección inglesa de fútbol podría ausentarse de la Copa del Mundo de fútbol este verano.

El ministro no culpa directamente a Moscú, que se ha ofrecido a colaborar en la investigación y ha denunciado que las primeras reacciones son "el guión de una nueva campaña contra Rusia". El jefe de antiterrorismo de Scotland Yard, Mark Rowley, reconoció que los precedentes señalan al Kremlin, pero que no hay que olvidar "que los espías rusos no son inmortales".

La Policía ha recogido de un gimnasio próximo al parque donde Sergey y Yulia Skripal estaban en un estado crítico la imagen extraída de una cámara. Muestra a un hombre mayor, con pelo blanco y barba o perilla, y una mujer rubia, alta, aparentemente más joven que su pareja. El propietario del gimnasio la mostró a una agencia de noticias, que la ha publicado como una imagen que interesa a la Policía.

Interrogantes

Los datos que emergen sugieren interrogantes. Por qué emprendería Moscú, en vísperas electorales, una peripecia criminal otra vez en Inglaterra cuando la traición de Skripal como agente de los servicios británicos de inteligencia le costó una condena de solo 13 años en 2006 y por qué matarlo si lo había dejado libre en 2010 en un canje con espías rusos, que operaban fundamentalmente en Estados Unidos.

En aquel juicio, le acusaron de cobrar unos 80.000 euros por sus servicios a Londres. Un año después de su puesta en libertad, compró con dinero en mano y con su nombre una casa de 300.000 en Salisbury. Yulia Skripal vivía en Moscú y visitaba regularmente a su padre. Si la inteligencia rusa no lo había localizado por el registro catastral, la hija era un conducto sencillo hacia su padre. ¿Por qué los matarían juntos?

Un vehículo policial hace guardia en la vivienda de Skripal.
Un vehículo policial hace guardia en la vivienda de Skripal.

Por el momento, los expertos británicos se afanan para identificar el posible veneno. Los medios retratan al exespía que perdió a su mujer por un cáncer, a su hijo, que vivía con él, en un accidente en San Petersburgo. Nadie puede responder aún a otra pregunta: ¿de qué vivía ahora este hombre habitualmente vestido con un chándal?

El Kremlin dice no saber nada

El Kremlin ha calificado este martes de "trágico" el incidente por el que el exespía ruso Sergei Skripal está hospitalizado en Inglaterra por supuesto envenenamiento, pero ha dicho no saber nada sobre ello. "Vemos que ha sucedido algo trágico, pero no tenemos información sobre cuál puede ser la causa, a qué se dedicaba esta persona o con qué puede esto estar relacionado", ha dicho el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a los periodistas.

"Lamentablemente, no puedo decir nada al respecto, porque no tenemos información alguna, saben muy bien cómo (Skripal) llegó a Occidente, a consecuencia de qué acciones y qué decisiones, no lo voy a repetir", ha insistido el portavoz, en alusión a que el agente ruso también espió para Reino Unido por lo que fue condenado por traición.

Ha añadido que Moscú está dispuesto a cooperar en una investigación, aunque nadie se lo ha pedido por el momento. "Siempre estamos abiertos a cooperar", ha respondido Peskov a la pregunta sobre si Rusia planea participar en la investigación del suceso.

Por su parte, Andréi Lugovói, otro exespía y actual diputado ruso acusado por Londres del envenenamiento con polonio de su colega Alexander Litvinenko en 2006, tachó "de bulo propagandístico" la información sobre el envenenamiento de Skripal. El que fuera compañero de Litvinenko, que murió tras tomar un té en un hotel londinense con Lugovói y otro exagente ruso, Dmitri Kovtun, aseguró que Skripal "no representaba ninguna amenaza para Rusia".

Skripal, de 66 años, acompañado de una mujer de unos 30 años, fue hallado el domingo inconsciente en un centro comercial de la ciudad de Salisbury, en el suroeste de Inglaterra, tras supuestamente entrar en contacto con una sustancia desconocida, de acuerdo a la policía local.

El exespía doble se encuentra ahora en "estado crítico", según la última información de la Policía británica. El hombre, excoronel en la inteligencia militar rusa, fue condenado en Rusia a 13 años de prisión en 2006 por pasar secretos de Estado al Reino Unido. En 2010, Skripal fue uno de los cuatro convictos perdonados y trasladados al Reino Unido en lo que se consideró el mayor trueque de espías desde la Guerra Fría.

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