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Miércoles, 20 de junio 2018, 10:59

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Una parte de los refugiados Rohingya que huyeron de Myanmar han encontrado trabajo en las pesquerías de la vecina Bangladesh. El campamento de refugiados de Shamlapur, cercano a una colonia de pescadores, es el hogar de unos 10.000 refugiados, que trabajan en la mar por alrededor de 3 dólares y una parte de las capturas. Las mujeres acompañan a sus maridos en la tarea secando y clasificando los peces sobre enormes mesas de madera, envueltas en moscas por un salario aún menor. Según funcionarios del Gobierno esta industria genera ingresos de 20 millones de dólares. Pero incluso los niños tienen que trabajar duro.

Clodagh Kilcoyne - REUTERS
Una parte de los refugiados Rohingya que huyeron de Myanmar han encontrado trabajo en las pesquerías de la vecina Bangladesh. El campamento de refugiados de Shamlapur, cercano a una colonia de pescadores, es el hogar de unos 10.000 refugiados, que trabajan en la mar por alrededor de 3 dólares y una parte de las capturas. Las mujeres acompañan a sus maridos en la tarea secando y clasificando los peces sobre enormes mesas de madera, envueltas en moscas por un salario aún menor. Según funcionarios del Gobierno esta industria genera ingresos de 20 millones de dólares. Pero incluso los niños tienen que trabajar duro.
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Una parte de los refugiados Rohingya que huyeron de Myanmar han encontrado trabajo en las pesquerías de la vecina Bangladesh. El campamento de refugiados de Shamlapur, cercano a una colonia de pescadores, es el hogar de unos 10.000 refugiados, que trabajan en la mar por alrededor de 3 dólares y una parte de las capturas. Las mujeres acompañan a sus maridos en la tarea secando y clasificando los peces sobre enormes mesas de madera, envueltas en moscas por un salario aún menor. Según funcionarios del Gobierno esta industria genera ingresos de 20 millones de dólares. Pero incluso los niños tienen que trabajar duro.
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Clodagh Kilcoyne - REUTERS
Una parte de los refugiados Rohingya que huyeron de Myanmar han encontrado trabajo en las pesquerías de la vecina Bangladesh. El campamento de refugiados de Shamlapur, cercano a una colonia de pescadores, es el hogar de unos 10.000 refugiados, que trabajan en la mar por alrededor de 3 dólares y una parte de las capturas. Las mujeres acompañan a sus maridos en la tarea secando y clasificando los peces sobre enormes mesas de madera, envueltas en moscas por un salario aún menor. Según funcionarios del Gobierno esta industria genera ingresos de 20 millones de dólares. Pero incluso los niños tienen que trabajar duro.
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