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Ana Obregón, en la presentación del libro. EP
Ana Obregón, a Lequio: «Ya te vale. Tu nieta te está esperando. Es tu familia»

Ana Obregón, a Lequio: «Ya te vale. Tu nieta te está esperando. Es tu familia»

La actriz hace frente a todas las polémicas surgidas tras el nacimiento de su nieta, Ana Sandra, en la presentación del libro escrito a raíz de los textos de su hijo, Aless

Miércoles, 7 de junio 2023, 15:57

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Ana Obregón tenía este miércoles un papelón. Y no de los que acostumbraba a interpretar años atrás en la pequeña pantalla. La actriz, tras dos meses y medio en el ojo del huracán, cuando el bombazo del nacimiento de su nieta se hizo público, se enfrentó a un multitudinario batallón de medios de comunicación en la esperada presentación de su libro, 'El chico de las musarañas', escrito a raíz de los textos que dejó su hijo, Aless, fallecido el 13 de mayo del 2020. Una acogida tan numerosa que la también presentadora se mostró sorprendida -«¡No había visto tanta cámara en mis 40 años de profesión!»- y un tanto cansada «por el jet lag y los biberones».

Un centenar de personas se agolpaban en una sala del lujoso hotel Westin Palace, por la que una emocionada Ana desfiló con un colorido estilismo del diseñador Rubén Hernández. Haciendo múltiples muecas para evitar las lágrimas, la artista dio todo tipo de detalles de la obra, «escrita por una madre con el corazón mutilado y con tinta roja de sangre» para continuar las «30 o 40 páginas que dejó Aless», de las que no se ha tocado ni una coma.

Un libro que, desveló, llegó a materializarse no solo por el expreso deseo del joven, sino por una señal que Obregón aseguró que le envió su hijo cuando ella aún no creía tener fuerzas para enfrentarse al proyecto, dos años después del fallecimiento de Aless. «El día que tuve mi primera reunión con la editorial, tuvimos una comida. Pongo el móvil sobre la mesa y empieza a sonar. ¿Y de quién era la llamada? Era de Aless», confesó Ana, que aclaró ante la perpejlidad del público que el teléfono llevaba un mes apagado metido en un cajón. ¡Aquí están los testigos!, exclamaba mirando a su editora, que la acompañaba en la tarima, y a su amiga y representante, Susana Uribarri, sentada en primera fila.

Obregón empezó a relajarse y, pese que se había avisado a los convocados de que «la autora hablará únicamente sobre 'El chico de las musarañas'», nada más lejos de la realidad. Ana, que hizo lo posible por contener la emoción en numerosas ocasiones, no perdió la oportunidad de responder a todo y a todos. Lo primero que dejó claro es que no tendrá más nietos. «Aless quería cinco hijos, pero ya no voy a tener más», dijo adelantándose a las preguntas al respecto.

«Un milagro», como define la llegada de Ana Sandra a su vida, logrado gracias a la gestación subrogada, una práctica prohibida en España. Tal fue la polémica al salir a la luz la portada de la revista ¡Hola!, que se convirtió en el tema estrella en los pasillos del Congreso de los Diputados y en la apertura de los telediarios. Una controversia que Obregón insiste en que no llegó hasta Miami, donde nació Ana Sandra. Quiso zanjar en varias ocasiones el tema afirmado que «cuando tienes que enterrar a tu hijo, cualquier crítica te hace cosquillas».

Tampoco evitó hablar de la edad, 68 años, a la que ha tenido a la pequeña, que en un principio se pensaba que era su hija. «Tiene un montón de tíos y primos», así que «cuando yo no esté va a estar más protegida que la hija de Robert de Niro... y de Al Pacino». Hombres a los que no se ha criticado por su paternidad pasados los 80 años.

Obregón, a Lequio: «Ya te vale»

Junto a Ana Sandra, Alessandro Lequio fue objeto de la mayoría de las preguntas a las que se enfrentó Ana. «Ya te vale», dijo dirigiéndose al italiano, al que espetó que lleva «un mes que no me escribes ni nada. No sé qué te pasa». «Ana Sandra te está esperando en casa porque eres su abuelo. Es tu familia y está deseando conocerte», afirmó mirando a la cámara de 'El programa de Ana Rosa', en el que sabía que el conde, que se había escudado en que él ya tenía una familia para evitar hablar de la pequeña, estaba presente escuchando sus palabras.

«Alessandro siempre ha tenido mi casa abierta, incluso tenía llaves al principio, cuando nos separamos, pero las perdió», continuó, aunque es consciente de que «no puedo obligar a un abuelo a que vea a su nieta». Una situación por la que aseguró no estar dolida, pese a que no lo parecía cuando reprochó a su expareja que «respetar a un hijo no es guardar silencio, es hacerle un homenaje cada día de tu vida. Y -ha matizado- no va con segundas». Tras lo que ha recordado que ella siempre le ha defendido públicamente.

Pese a todos los dimes y diretes, lo esencial para Ana Obregón es haber cerrado el capítulo de las últimas voluntades de su hijo. «El primero, y más importante, tener una hija, que se publicara su libro, y tener una fundación para investigar el cáncer». Ahora «a mí lo que me importa es abrazar un trocito de cielo cada segundo de mi vida», en referencia a Ana Sandra, «el rayito de luz» de su existencia.

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