«Todo lo que no es fútbol no tiene repercusión, pero esto nos ayudará»

Los sueños se hacen realidad. Eso es lo que ahora mismo piensa María Casado después de haber logrado el billete para los Juegos Olímpicos con el equipo nacional de rugby 7. «Aún no me lo creo, lo estoy asimilando», asevera.

La coyantina reconoce que han sido «días de nervios y de preparación». «Es como estar todo el año estudiando para un examen y que llegue ese día. Teníamos mucha presión y nuestro psicólogo, Pablo del Río, que también trabaja con Lidia Valentín o Carolina Marín, nos ayudó a focalizar todo a Rusia y a ir partido a partido», explica.

Casado reconoce que al principio veían la clasificación olímpica «difícil» y veía a Irlanda y Rusia como los grandes rivales. «A las rusas solo las habíamos ganado una vez», recuerda. Afirma que la presión aumentó después de que el equipo masculino lograse la clasificación olímpica. «Nosotros estábamos entre las tres favoritas, ellos lo tenían más difícil, pero Pablo nos dijo '¿Vosotras creéis que lo merecéis? Pues pelead por ello', lo que nos hizo confiar en nuestras posibilidades», señala.

«Esto es indescriptible»

La 'rugbier' leonesa recuerda que siempre ve los Juegos Olímpicas y desde pequeña soñaba con estar en una cita así. «Ha sido un momento de mucha emoción, recompensa todo lo que hemos dejado de lado y el trabajo. Es indescriptible», indica.

Considera que esto es un «pasito más» para que el rugby gane la importancia que se merece. «Todo lo que no sea fútbol no tiene gran repercusión, pero ir a los Juegos Olímpicos nos dará fuerza y visibilidad para encontrar sponsors. Esto no es de un día para otro, en España no hay tradición», explica.

También ha visto una mejora en el rugby leonés y recuerda el Rugby Albéitar en el que comenzó y que se proclamó más de una vez como subcampeón nacional. «Este año fueron segundas de Castilla y León y recuerdo que cuando yo estaba allí no había liga autonómica. Eso significa que poco a poco va creciendo y que se está haciendo una labor importante», indica.

Objetivo: diploma

En poco más de un mes, María Casado estará en Río. El sueño ya se estará cumpliendo, pero no se conforman. «Queremos estar entre las ocho primeras para tener la beca. Es imposible ser profesional en este deporte y la necesitamos», explica.

La coyantina asegura que ella paga por jugar entre 300 y 400 euros por temporada, pero que esta temporada ha tenido «la suerte» de jugar en Francia, donde cobraba. «Pero me rompí la nariz y me tuve que pagar yo el tratamiento», asegura como reflejo del momento del rugby femenino.