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Asier Mártínez, en la final olímpica de Tokio. efe
«Me cuesta entender que he sido sexto en una final olímpica»
Entrevista a Asier Martínez

«Me cuesta entender que he sido sexto en una final olímpica»

El navarro se ha convertido en la sensación del atletismo español en Tokio con su gran rendimiento en las vallas

Igor Barcia

Enviado especial a Tokio

Viernes, 6 de agosto 2021, 00:15

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Asier Martínez se encontraba tras su sexta plaza en la final de los 110 metros vallas hasta «mareado» por el resultado conseguido. El navarro de Zizur ha sido, sin duda, la gran revelación del atletismo español, la confirmación de un talento de 21 años que ha crecido carrera a carrera hasta colarse entre los mejores vallistas del mundo.

–¿Cómo se siente después de quedar sexto?

– Ahora mismo siento hasta mareos. No me puedo ni mantener en pie. Cuando he terminado estaba más tranquilo pero ahora que me empiezo a creer lo que he hecho hasta me mareo. Estoy muy feliz, no lo puedo describir.

–¿Cómo se ha encontrado en la final?

–Me he visto bien con los mejores del mundo. No he salido mal, lo que pasa que tenía al lado a Pozzi, que es un especialista en 60 metros vallas, y en las primeras dos vallas me ha sacado tres metros, con lo que ha sido una carrera complicada en ese sentido. Pero he confiado en mi parte final, en las últimas vallas, y es donde he podido meter la cabeza.

–¿Correr en el extremo por la calle dos le ha ayudado?

–Me ha ayudado mucho. No podía haber sido mejor porque me beneficia estar un poco alejado de todo el jaleo y correr centrado en lo mío. Sé cómo corren ellos, son muy grandes y eso te puede perjudicar por la proximidad, asi que estar en la calle dos es lo mejor que me ha podido pasar de cara a correr la final.

–¿Le ha sorprendido el ganador?

–Sí, ha sido una final muy apretada en la que el favorito Grant Holloway no ha quedado primero, y ha sido una sorpresa. Pero estas pruebas son muy explosivas y cualquier fallo son centésimas que varían la marca y el resultado.

–¿Y usted confiaba en poder hacer 13.22?

–Sabía que podía estar por debajo de 30, habíamos entrenado para ello, pero 22 es un gran resultado.

–Si tuviera que valorar lo que ha vivido desde que empezó la temporada hasta ahora...

–No me lo podría ni creer. Lo único que teníamos como objetivo era la marca y la hice en semifinales, así que nos quedamos tranquilos y he corrido la final relajado. He disfrutado de la experiencia y si alguien hubiera dicho que yo iba a estar aquí hubiera pensado que estaba loco.

–¿Y se ve capaz de asimilar su resultado en estos Juegos?

–Todavía no, siempre he tenido el síndrome del impostor, de colarme donde no era consciente de estar. Me costaba incluso asimilar estar en unos Juegos, así que correr con gente como la que he corrido la final es complicado de entender.

–Pues su entrenador decía que podía estar en esa final.

–Las pocas veces que me lo decía pensaba que era una locura, y todavía lo sigo pensando.

–Tiene una forma peculiar de competir y atacar las vallas.

–Es la forma que me han enseñado a afrontar esta carrera, muchas veces enfocamos esas primeras vallas pensando que hay que atacarlas de forma violenta y mi entrenador, que viene de la escuela francesa, me ha enseñado a batir la valla, a respetarla y disfrutar de ella, y a sacar provecho de mi virtud que es correr esos metros lisos.

–Hace dos años apostó por el deporte, ¿qué supuso aquel cambio?

–El deporte ha forjado mi carácter, mi persona. Cuando decidí apostar seriamente por el deporte, por las vallas, me llevó a dejar de lado muchas cosas, actividades propias de mi edad. Pero emprendí ese camino para buscar mi máxima versión y este año la dedicación ha sido mejor, con mucha más calidad de entrenamientos, y los resultados están aquí. Ahora tengo dos semanas por delante para descansar y para disfrutar como un chaval de 21 años.

–Entrena y estudia Ciencias Políticas en Bilbao ¿Podrá seguir compatibilizando el deporte con los estudios?

–Seguiré con los estudios, sin duda. Esto es lo que es, estoy disfrutando de un gran momento deportivo, pero el deporte tiene una cara amarga y hay que estar preparado para ella, y mientras hay que seguir formándose y desarrollándose como persona. Así que seguiré estudiando y entrenando en Larrabide (Pamplona) y algunos días en Basauri (Vizcaya).

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