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AMADOR GÓMEz
Miércoles, 16 de marzo 2016, 15:03
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La humillación a la que sometieron el martes un grupo de hinchas del PSV a unas mendigas que pedían lismona en la Plaza Mayor de Madrid ha provocado todo tipo de reproches de autoridades políticas y deportivas y diversas organizaciones que reclaman que la Fiscalía de Delitos de Odio actúe para castigar a los autores de los actos de «humillación racista». Así los calificó este miércoles Movimiento contra la Intolerancia, que también solicitó al Consejo Superior de Deportes (CSD) la aplicación del Código Disciplinario de la UEFA que contempla sanciones «cuando se insulte la dignidad humana».
El CSD anunció posteriormente que se está planteando la posibilidad de «instar a las autoridades u organismos que tengan competencia directa sobre este tipo de actitudes para que actúen». Es decir, que el organismo que preside Miguel Cardenal reclamará, no sólo la intervención de la Fiscalía, sino también de la Comisión Antiviolencia para intentar sancionar a los ultras del PSV involucrados. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, abogó por «identificar» a los autores, mientras que el embajador de Holanda en España, que sintió «vergüenza» al ver las imágenes, aseguró que «aparte de estudiar el caso con abogados, lo primero que hay que hacer es hablar con quien ha protagonizado esas actitudes y que se sientan responsables de sus actos».
Mientras se acentúa la colaboración entre la policía española y la neerlandesa para tratar de descubrir a los hinchas que vejaron y se burlaron de las indigentes gitanas de origen gitano, en Holanda, donde han crecido las actitudes contra los inmigrantes, apenas se ha dado importancia a este incidente convertido ya prácticamente en asunto de Estado. Sin embargo, Philips, patrocinador del PSV, sí ha condenado la «mala conducta» de algunos seguidores del equipo y desveló que el club de Eindhoven, para el que también se pide una sanción, está trabajando en su identificación, «para hablar con ellos acerca de su comportamiento y tomar las medidas apropiadas, si es posible».
Entre las reacciones de los numerosos dirigentes que han recibido con indignación tan reprobables actitudes también destacó este miércoles la de la presidenta de la Comunida de Madrid, Cristina Cifuentes, quien dijo estar «avergonzada» de que en la capital «se hayan podido ver esas escenas, no solamente de racismo absoluto, sino de falta de humanidad».
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