La Deportiva se despide con orgullo del sueño copero

Hasta aquí llegó el sueño de la Copa del Rey para la SD Ponferradina. Los de Javi Rey no pudieron superar a una Real Sociedad que llegó a El Toralín sin miramientos y supo leer lo que requería el partido para acabar imponiéndose (0-2). El conjunto berciano compitió muy bien en el primer acto, pero los errores individuales tras el descanso acabaron decantando la balanza a favor del cuadro de Primera División.

De forma previa al encuentro, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de la madre de Sheraldo Becker, que se ausentó por este mismo motivo. El respeto afloró en unas gradas de El Toralín muy pobladas, siendo conscientes de la gran cita que se iba a vivir.

Imanol Alguacil, que ya dejó claro en la comparecencia previa que no se iba a confiar de cara a este encuentro, sacó gran parte de su artillería en busca de evitar sustos. El que sí rotó más fue Javi Rey, con cinco cambios en el once titular respecto al último partido ante el Tarazona.

La Real Sociedad llevó la batuta del esférico en los primeros compases frente a una Deportiva en bloque bajo. Era el guion esperado y, a priori, el que se iba a vivir durante la mayor parte de los tramos del choque. Los visitantes intentaban imponer su calidad sobre el césped a través de la velocidad en la circulación, aunque sin gran claridad ofensiva para atravesar la zaga berciana.

El paso de los minutos avivó a los blanquiazules, que dieron un paso adelante para dificultar la salida de balón de los de Imanol a través de una presión muy alta. Por momentos, se vivió un intercambio de golpes entre ambos conjuntos en busca del primer tanto. Andoni López contó con la mejor ocasión hasta el momento, pero Marrero y Javi López lograron sacar el balón cuando el reloj marcaba la media hora de encuentro.

En líneas generales, no hubo un dominador claro a lo largo de la primera mitad. Ambos equipos contaron con sus opciones, aunque sin poner en demasiados problemas a los guardametas. En clave berciana, Ángel volvió a obtener la confianza de Javi Rey y se mostró como un seguro bajo palos en todas sus intervenciones. La sensación al llegar al pitido final del primer acto era que la Deportiva necesitaría algo más para decantar la balanza a su favor, pero su buen hacer hasta el momento era innegable. Habían conseguido lo más difícil: que el duelo aparentara ser entre dos equipos de la misma categoría.

Imanol movió las piezas tras el paso por vestuarios, dando entrada a Kubo y Sucic en busca de mejorar sus prestaciones ofensivas. El nipón, haciendo gala de su mejor fútbol, tomó las riendas de la sala de máquinas txuri-urdin y acaparó todo el peligro realista en los primeros minutos del segundo acto. Con su presencia, el cuadro de San Sebastián subió de marcha.

Fruto de esta mejora y de un error local, llegó el primer tanto para los realistas. Al contragolpe, después de que la Deportiva intentara salir con el balón, Oyarzabal acabó aprovechando el intento de despeje de Lancho para abrir el marcador. Javi Rey buscó la reacción con un triple cambio que buscaba dar aire a las jugadas ofensivas. A pesar de ello, el conjunto blanquiazul se estaba mostrando muy estático y no conseguía poner en problemas a la Real Sociedad.

En el intento por volcarse sobre la zaga de Marrero, Doué perdió el balón y abrió el hueco para que Oyarzabal mandara el cuero a Brais, que batió a Ángel y dejó el encuentro sentenciado. La Deportiva, con más corazón que cabeza, lo intentó en los últimos minutos. La entrada de Carrique permitió una nueva fórmula para llegar al área a través de los centros laterales, pero la Real Sociedad supo manejar a la perfección los compases finales.

Así, la Deportiva se despidió de la Copa del Rey con una derrota ante la Real Sociedad, equipo que sufrió en la primera mitad, pero se acabó imponiendo merced a su calidad individual y a los errores locales. Desde ahora, todas las miradas quedan puestas en la competición liguera.