leonoticias - Noticias de León y provincia

Secciones

Servicios

Destacamos

Borrar

14 fotos

León viaja a Catar

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Viernes, 2 de septiembre 2022, 20:24

Modo oscuro

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Peio García
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.
Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder. A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo. Y al otro lado, León, una tierra distante más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club. El fútbol une culturas.

Publicidad

Te puede interesar

Publicidad

Top 50
  1. 1 Una carretera de León queda cubierta de restos de animales muertos tras la pérdida de carga de un camión
  2. 2 El resurgir de Clemente: «No somos Castilla-León ni Castilla y León y Burgos y Soria; un poco de respeto»
  3. 3 El bar leonés que 36 años después de abrir continuó su historia gracias a su camarera
  4. 4 El desconocido origen leonés de Yolanda Ramos: «Amo León, pero sois muy cerrados»
  5. 5 Ni Barça ni Madrid; estos son los posibles rivales de la Cultural
  6. 6 El youtuber de más de 9 millones de seguidores que pasó 24 horas con una monja de clausura de León
  7. 7 Puente dice que devolver Feve al centro de León era «disparatado» y que el bus está «acordado»
  8. 8 Los vecinos de Cistierna, divididos entre los puestos de trabajo y el riesgo de una nueva planta de biogás
  9. 9 El Templo vuelve con fuerza: terraza, música y fiesta para todos en León
  10. 10 Muere Alfonso Ussía a los 77 años

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

Política de privacidad

leonoticias León viaja a Catar