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Recuperaba efectivos el Abanca Ademar antes de su última prueba de esta pretemporada navideña que ha dejado diferentes sensaciones en el equipo. También regresaba Manolo Cadenas, que apenas 24 horas después de aterrizar desde Egipto ya dirigía su primer entrenamiento y el primer partido, y que por momentos reflejó en su cara que había mucho que mejorar en la semana que resta para que vuelva la competición.
El Palacio de los Deportes volvía a vivir un partido de balonmano, de nuevo a puerta cerrada, y que acabó con derrota por 30-31 ante el Atlético Valladolid, en un choque amistoso donde lo importante era ir cogiendo sensaciones de cara al próximo miércoles, cuando los leoneses reciban en ese mismo escenario al Bidasoa Irún.
Abanca Ademar
30
-
31
Atlético Valladolid
parciales 3-4, 5-6, 7-8, 11-11, 15-13, 18-16; descanso 19-20, 21-21, 22-24, 27-27, 27-29, 30-31
incidencias Partido amistoso celebrado en el Palacio de los Deportes de León a puerta cerrada
Faltaron a la cita jugadores como Piechowski, Feutchmann, Pedro Martínez, Marchán, Donlin o los porteros. Mientras que ya se encontraba disponible Semedo, que tuvo un roll bien diferente al hacer las veces de pivote debido a la falta de efectivos.
Le costó al Ademar domar el choque en la primera parte, donde destacó la facilidad anotadora de Lucin y una defensa que mejoró con el paso de los minutos para irse al descanso con una ligera ventaja de 16-18.
El choque tuvo una tónica de ritmo bajo y muchas imprecisiones. A Valladolid le costó la circulación de balón en ataque, mientras que los locales no encontraban acierto de cara a la portería.
Un parcial inicial de los pucelanos en la segunda parte les dio una ligera ventaja que pudieron mantener hasta los minutos finales.
Tiró Cadenas de los primeros espadas para llevarse el partido en los instantes finales, donde se llegaba con mucha igualdad (27-27), en un destacado papel del portero canterano Honrado. Sin embargo, el equipo de David Pisonero encontró muchas facilidades en la defensa leonesa y en el lado contrario se sucedieron las pérdidas con balones hacia el experimento fallido, de Semedo en el pivote, que permitió a los visitantes llevarse el partido por 30 a 31.
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