El Abanca Ademar vuela ante Cisne al cerrar la defensa

Vencer y convencer. Era lo que necesitaba el Abanca Ademar, que ha demostrado que puede ser un equipo fiable en defensa sin perder su esencia en ataque. Ante Cisne, los de Cadenas lo han demostrado pese a lo abultado del marcador (39-32). El cuadro marista rompió el partido en la segunda mitad tras un primer tiempo anárquico y pobre en defensa, pero la mejoría en este último aspecto lanzó a los leoneses a un triunfo balsámico y necesario.

El choque comenzó con mucha igualdad entre un Abanca Ademar necesitado y un Cisne lanzado, motivado, por su gran inicio de temporada y la posibilidad de conquistar un Palacio que, fruto de la hora y del Encuentro Nacional de Cofradías que acoge León, no presentaba una gran entrada.

El partido, a diferencia de otros del cuadro marista, arrancó con un tanteador bajo, con una buena defensa ademarista y un serie de imprecisiones en ataque que 'contuvo' los abultados marcadores con los que suelen empezar los de Cadenas el partido.

Pero el encuentro entró rápidamente en un estado de cierta anarquía, con Cisne encontrando fácilmente posiciones francas de lanzamiento y Carlos Álvarez, pretendido este verano por el Abanca Ademar, haciendo mucho daño a los de Cadenas.

El ritmo crecía, los ataques eran cada vez más fugaces y los goles caían, en ambas porterías, sin control. El partido era trepidante, a ratos incontrolado, en otros ciertamente caótico, pero el Abanca Ademar, sin embargo, no estaba del todo adisgusto.

El conjunto marista logró, incluso, una renta de dos goles en el ecuador del primer acto que fue efímera, ya que un parcial pontevedrés 0-3 dio la vuelta al marcador mientras Cadenas buscaba, casi desesperadamente, alguna solución para que su defensa frenara algún ataque de Cisne.

Entró Honrado en la meta marista para tratar de complicar el lanzamiento a Cisne y, aunque tocó pocos balones, sí lo hizo con algunos clave, como un siete metros. Pero la primera línea gallega conectaba fácil con el pivote o rompía a su par con cierta sencillez para encontrar zona de lanzamiento.

Esto lo subsanó el Abanca Ademar con una primera línea muy acertada en el lanzamiento, liderada por un Juan Castro dispuesto a dirigir el juego con maestría y un Boskos especialmente efectivo en su lanzamiento.

Con una renta de, por momentos, hasta tres goles, el Abanca Ademar llegó al descanso con ventaja (20-18) y un marcador abultado. Este era el gran debe, el gran talón de Aquiles de este equipo marista, los tantos encajados, pero lo más importante es que la victoria, por el momento, era leonesa.

En la segunda mitad, el arranque ademarista fue bueno, con la portería acertada y una defensa activada que permitió que la ventaja de los de Cadenas se doblara y alcanzara su pico hasta ese momento: cuatro goles.

Milosavljevic fue el más destacado en estos minutos en los que el Abanca Ademar sentó los cimientos de su victoria. El serbio anotó, se mostró infalible e imparable y la renta se fue hasta los ocho goles, algo ya casi definitivo a falta de 20 minutos para el final.

Con el partido ya resuelto, Cisne buscaba la épica, la opción de recortar algo de ventaja a los maristas para crear ciertas dudas en los de Cadenas que, sin embargo, se mostraban sólidos y seguros, tanto en ataque como en defensa.

La ventaja llegó a los diez tantos para el cuadro ademarista en el tramo final de esta segunda mitad, no bajando el ritmo ante un Cisne ya rendido ante la evidencia de que el triunfo, y de forma abultada, no iba a escaparse del Palacio.

A ello se sumó la mejoría de Panos en su estadística bajo palos, superando el 34% de paradas, ayudado por una defensa que mejoró su rendimiento notablemente.

En los últimos minutos, el cuadro pontevedrés maquilló el marcador hasta el definitivo 39-32 que da la segunda victoria de la temporada al Abanca Ademar con minutos más que halagüeños del conjunto ademarista.

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