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Los actores Manu Ríos, Amaia Aberasturi, Daniel Ibáñez y Carlos Alcaide. r. c.
'La edad de la ira', un viaje a la adolescencia «sin estereotipos»

'La edad de la ira', un viaje a la adolescencia «sin estereotipos»

Atresplayer Premium presenta su nueva apuesta de ficción basada en la novela homónima del escritor Nando López

j. moreno

Jueves, 10 de febrero 2022, 00:09

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Un brutal asesinato de un hombre presuntamente a manos de su hijo, un adolescente popular sin problemas aparentes, es el punto de partida de 'La edad de la ira', la nueva ficción de Atresplayer Premium basada en la novela homónima de Nando López, finalista al Premio Nadal 2010. El crimen, sin embargo, revoluciona el instituto en el que estudia, cuyos compañeros y amigos conocerán a lo largo de los cuatro episodios de cincuenta minutos quién es el joven y cómo es fuera de las paredes del centro educativo.

En la piel de Marcos, el principal sospechoso del asesinato, se mete el actor Manu Ríos, que destaca el «aprendizaje enorme» que se ha llevado tras interpretar a un personaje que también va descubriendo su sexualidad en un entorno desfavorable a su felicidad. Vive en un ambiente familiar retrógrado y ha decidido enfrentarse a su padre. «Hay que recordar situaciones que siguen ocurriendo a día de hoy y darle visibilidad», dice el intérprete de 'Élite', quien insiste en que no todas las adolescencias son idílicas. A sus 23 años, ya se ha enfrentado a uno de los mayores éxitos de Netflix en España, un fenómeno social que le ha provocado una enorme legión de seguidores. «Intento llevarlo con la mayor normalidad posible. Sigo rodeándome de mis amigos de siempre. Es una etapa que vivo ahora pero que quizás en unos años desaparece», se sincera.

Su compañera en la ficción, la actriz Amaia Aberasturi, que estudió educación infantil y primaria, pone el foco en la educación a los más jóvenes. Ella interpreta a Sandra, una chica idealista, feminista, concienciada y educada en un ambiente familiar liberal, sin tabúes en torno al sexo. «Es importante no tolerar nada. Seguimos educándonos constantemente hasta que nos morimos. Se dice que son problemas de críos. Y esta es una serie en la que se escucha al adolescente», reflexiona sobre su personaje, que se enamora de Marcos.

Al hilo, Javier Pons, de la productora Big Bang Media (The Mediapro Studio), defiende que la nueva producción es «un viaje muy realista a la adolescencia sin estereotipos». «Es una defensa de la libertad, ese momento en el que los jóvenes quieren definir su identidad: que pueden ser quien quieren ser y amar a quien quieran amar», afirma. Por su parte, la directora de ficción de Atresmedia, Montse García, explica que 'La edad de la ira' «no es una serie de jóvenes», sino que pretende «profundizar en los personajes» que transitan por sus «miedos e inseguridades». «Vamos a hablar de la familia y de la amistad. Y a ver cosas crudas», adelanta.

Éxito literario

La nueva apuesta del grupo de comunicación, que se estrena el próximo domingo 27 de febrero, cuenta la historia del libro escrito por Nando López, traducido a varios idiomas y que ha obtenido un gran impacto tanto en ejemplares vendidos como en lectura a través de soportes digitales. Tras una versión teatral, llega ahora a la pequeña pantalla con la supervisión también de su autor.

El escritor señala que, diez años después de su publicación, la obra ahora es «más necesaria» porque la violencia y los delitos de odio a personas por su identidad de género «están repuntando». «Los datos de violencia machista, homófoba y tránsfoba son mayores», dice. Él se basó en experiencias reales y crueles de cuando era profesor en un instituto. «Como docente vi a muchos alumnos que veían limitada su orientación, su forma de pensar o sentir por la violencia familiar, escolar o social. Sigue pasando a día de hoy, hay adolescentes que se están enfrentando a cosas horribles», recuerda.

«Los problemas de la adolescencia son parte de lo que somos como adultos. Es un libro que me ha sobrepasado y del que mucha gente se ha apropiado porque está hecho desde la verdad», explica el novelista, que insiste en no tratar a los adolescentes desde la condescendencia y el paternalismo.

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