Hablar de idiomas es hacerlo de integración, multiculturalidad, riqueza y aprendizaje. Palabras que también se pueden aplicar al referirnos al patrimonio industrial del que en León sabemos mucho. Patrimonio e idiomas conforman así el binomio perfecto para difundir de una forma trasversal y sin barreras la riqueza de edificios emblemáticos de León al resto del mundo.
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Es lo que pensó un grupo de docentes de la Escuela de Idiomas de Hospitalet y al que decidía sumarse el centro de León. Alumnos de diferentes centros de España han participado así en un proyecto creativo que trata de conectar el mundo de los idiomas haciendo uso del patrimonio industrial.
Eliana Abella, profesora de francés en la EOI leonesa, ha capitaneado al grupo de León que forma parte de este proyecto en el que los alumnos han preparado unos vídeo-reportajes sobre «lo que eran estos edificios, lo que representaron en su época y lo que son ahora, en lo que se han convertido».
Se ha trabajado en un total de cinco edificios emblemáticos de León -Molino Sidrón, Azucarera, Abelló- y de la provincia -Fábrica de la Luz de Ponferrada y Museo de la Siderurgia de Sabero-. «Hemos querido unir el mundo de los idiomas para potenciar las competencias lingüísticas de los estudiantes en un entorno informal, aprendiendo de lo que es su contexto histórico», explica Eliana, que apunta que los reportajes se han elaborado en francés en un proyecto que ya busca socios europeos para seguir creciendo fuera de las fronteras de España.
La nueva vida del Molino Sidrón, de fábrica de harinas a hogar de la cultura leonesa
María Gutiérrez y Rodrigo Fernández han sido precisamente los encargados del vídeo del Molino Sidrón, ese espacio que pronto vivirá una nueva vida como centro cultural. Ella, profesora de instituto y él, veterinario, forman parte de la primera promoción de la EOI con un C2 en francés. Amantes de este idioma, ambos encontraron en este proyecto una forma de «dar nuestra visión de la ciudad al mundo francófono».
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Para el vídeo se documentaron sobre la historia del molino, desde su fundación hasta su evolución como fábrica de harinas, garaje y su cierre. Fue con la apertura de la Era del Moro y la noticia de su reconversión como ambos se interesaron por el edificio. María, como filóloga, celebra su futuro: «He estudiado temas del leonés y me parece importante que en León, donde no había nada dedicado a la lengua leonesa, se dote de este espacio porque la ciudad lo merece».
Una Fábrica de Luz en Ponferrada
Cristina Juárez, también docente, y Lucía Díez, estudiante de Filología Inglesa, quisieron poner rumbo a Ponferrada para conocer la Ciudad de la Energía. «Ponferrada ha sido un centro muy importante en la actividad industrial de León», explica Cristina, que quería, junto a su compañera, contar en esta serie de vídeos con esa representación berciana y minera.
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Aunque encontraron en la búsqueda de información un paso sencillo, no tanto en la traducción al francés, donde contaron con la ayuda de su profesora. Reconocen que el proyecto ha sido «muy interesante» y celebran que en la Escuela de Idiomas «propongan actividades más allá de estudiar la gramática porque nos ayuda a utilizar la lengua en un contexto real».
El Museo de la Siderurgia de Sabero, memoria viva de la minería
Por su parte, Álvaro Otero e Isabel Robles quisieron central el tiro en el Museo de la Siderurgia de Sabero. Aunque ni ella, traductora y periodista, ni él, profesor de instituto, tienen un vínculo directo con el valle, a ambos les pareció interesante poner en valor la importancia que el edificio tuvo en su época para toda la provincia.
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«Me apetecía hablar sobre ello porque con la importancia que ha tenido es una pena que tanto patrimonio minero que queda en los pueblos esté abandonado y se esté cayendo. En el museo se ha hecho un trabajo muy bueno para protegerlo», apunta Álvaro, palabras que concuerdan con el pensamiento de Isabel.
Él centrado en la historia y ella en la parte más actual del edificio, elaboraron un vídeo en el que aseguran haber disfrutado mucho con el francés porque, explica Isabel, les ha ayudado a «descubrir vocabulario, poner en práctica lo que aprendes en el curso y dar a conocer cosas de la provincia mientras practicas el idioma más allá del aula».
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