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John Waters, ayer, durante la rueda de prensa del festival Rizoma. Emilio Naranjo / Efe
John Waters: «Nunca me he llamado artista, eso lo juzgará la historia»

John Waters: «Nunca me he llamado artista, eso lo juzgará la historia»

El director de la transgresora 'Pink Flamingos' apadrina el festival Rizoma donde esta noche presenta su monólogo 'Falso negativo'

Iker Cortés

Madrid

Martes, 7 de junio 2022, 19:26

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A sus 76 años, fiel al afilado bigote, John Waters mantiene esa cara de pillo y el espíritu transgresor que en los años setenta lo encumbró como el rey del mal gusto y el padre del cine trash (basura), gracias a películas, hoy de culto, como 'Pink Flamingos' (1972). El cineasta ha apadrinado este mediodía Rizoma, el Festival Internacional de Cine & Cultura Entrelazada, que estos días se celebra en Madrid. No en vano, participará esta noche en el certamen presentando su monólogo 'Falso negativo', donde habló de «moda, covid, crímenes, sexo, películas... Todo excepto deportes. Bueno, deportes igual también porque he hecho un anuncio recientemente», avanzaba entre risas a los periodistas congregados en la puesta de largo del festival.

Cercano y divertido, el de Baltimore contó que de toda su filmografía su favorita es 'Los asesinatos de mamá' (1994), aquella comedia en la que una Kathleen Turner se las veía y se las deseaba para mantener sus compromisos familiares mientras ejecutaba una oleada de crímenes, y habló de su carrera y de cómo ha evolucionado una industria en la que el cineasta ha transitado desde el 'underground' hasta el 'mainstream' con títulos como 'Hairspray' (1988), 'Cry Baby (El lágrima)' (1990) -no quiso hablar del juicio a su «amigo» Johnny Depp, aunque sí soltó un deseo: «Ojalá salgan y digan hemos vuelto juntos y vamos a demandar a todos los que habéis usado nuestras imágenes estos días», bromeó-, 'Pecker' (1998) o 'Cecil B. Demente' (2000). «Nunca me he llamado a mí mismo artista, eso lo juzgará la historia», sentenció quien no dirige un largometraje de ficción desde 2004. No es porque no quiera, dice, pero le cuesta encontrar financiación. En este sentido, explicó que hacer cine independiente a día de hoy es «más difícil que nunca».

Waters, que afirma tener siempre «planes b», sigue contando historias, ya sea escribiendo o como monologista, una faceta ligada a sus primeros días como cineasta, en los que se recorría las universidades junto a su musa Divine y organizaba un teatrillo para dar paso a sus películas. Su visita coincide, precisamente, con el 50 aniversario de 'Pink Flamingos', una película hecha básicamente con el ánimo de transgredir «en un momento en el que prácticamente todo valía» y que en la actualidad suele ser incluida en las listas de las mejores películas estadounidenses: «Es divertidísimo que una película que fue acusada de tantas cosas tras su estreno haya conseguido eso. Era un ejercicio de mal gusto y todavía es una rareza. Pensé que con el tiempo iba a ser más amable, pero ahora es peor por la corrección política». Relató ayer que la película tuvo cinco cortes de la censura, entre ellos el del excremento de perro real que Divine se llevaba a la boca y el de un pollo al que mataban. «No mataría un pollo otra vez», explicó con sorna, «pero el tipo que lo hizo lo cocinó y se lo comió después, hicimos la vida de ese pollo mejor».

Devoción por el cine europeo

Pese a haber tocado todos los palos en la industria, el 'underground', el cine independiente y el 'mainstream', el cineasta explicó que todas sus películas significan lo mismo para él: «Tienen los mismo valores y el mismo sentido del humor». Y explicó que ahora mismo el cine que más le interesa es el europeo. «Me encanta sentirme mal cuando voy al cine. Quiero ver películas que me aterren o que me lleven a un mundo que me de miedo, o que me hagan reír de cosas que ni me hubiera imaginado y creo que el cine europeo es el que más se acerca a ello», dijo apuntando a cineastas como Bruno Dumont, Gaspar Noé y Lars Von Trier. Preguntado por las últimas películas que le habían dejado en shock, no dudó en decir que «las comedias románticas».

Con el festival, la Filmoteca ha dado la oportunidad a Waters de programar un ciclo con algunas de sus películas favoritas de temática gay. Así, la primera semana de julio y coincidiendo con el Orgullo, en la Filmoteca se pasarán 'Un chant d'amour' (Jean Genet, 1950), 'Las horas y los tiempos' (Christopher Munch, 1991), 'La ley del más fuerte' (Rainer Werner Fassbinder, 1975), 'Caliente' (Paul Morrissey, 1972), 'Pink Narcisus (James Bidgood, 1971) y 'La soga' (Alfred Hitchcock, 1948). «Los gays llevan viendo películas héteros toda la vida, así que los héteros también pueden», dijo divertido.

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