Jesucristo Superstar, en el Teatro San Francisco

Con entradas a 4 euros en taquilla una hora antes del inicio de la película (20:00 horas) llega esta película al escenario franciscaco.

Se trata de una película dirigida en 1973 por el canadiense Norman Jewison («El violinista en el tejado», 1971), adaptando la obra maestra de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice. Esta adaptación de la escena a la pantalla es muy fiel al libreto de Tim Rice, y contiene añadidos a cabo de Melvin Bragg, una leyenda de la televisión inglesa, que ha adaptado varios musicales en su carrera.

El director eligió para el film, rodado totalmente en exteriores con una excelente fotografía de Douglas Slocombe, una estética minimalista, combinando la moda y algunos elementos de los años 70, con grandes ruinas de monumentos en Israel. A este decorado sólo se le añade un par de andamios y grúas, dando así la sensación de que estamos ante una obra de teatro interpretada por hippies.

Funciona perfectamente el contraste entre lo parco del vestuario (salvo en un par de números) y la grandiosidad de las zonas desérticas de Judea, donde se rodó. La música es fiel al álbum (antes de obra de teatro fue un disco), con algunos temas extras para la película y algunos arreglos y pequeñas piezas de André Previn.

Dando vida a un Jesucristo humano, vulnerable y temeroso de su destino, nos encontramos con Ted Neely, un cantante pop que destacó en los años 60 con su grupo «Teddy Neely five», que con su magistral voz nos transmite toda la esencia del personaje.

El otro gran personaje de la obra, y para mí, el verdadero protagonista, es un Judas Iscariote totalmente atormentado, al que da vida el malogrado cantante de «soul» Carl Anderson. Otros protagonistas fueron, la hawaiana Yvonne Elliman (cantante de confianza del productor Robert Stigwood), como María Magdalena y los cómicos Josh Mostel y Barry Dennen, dando vida a Herodes y a un histérico Poncio Pilatos respectivamente.

La película supuso claramente una ruptura con las «épicas» superproducciones que habían tratado la pasión de Jesucristo con anterioridad. Rompe la estética con su búsqueda premeditada del anacronismo y su representación alternativa de los últimos días de Jesús.

En esta versión «irreverente» de la historia sagrada, mucha gente en aquella época, veían un canto al amor libre, al antimilitarismo y al antirracismo propios del movimiento «hippie». Recibió fuertes críticas de los sectores más conservadores de la iglesia, pero con el paso del tiempo, la propia iglesia se fue acercando a la obra, con el fin de acercarse a las nuevas generaciones.

En el año 1975 se estrenó en el teatro Palace de Madrid la versión española (con orquesta en directo y sonido cuadrafónico), dirigida por Jaime Azpilicueta, con el maravilloso Camilo Sexto en el papel de Jesucristo, Angela Carrasco como María Magdalena y Teddy Bautista como Judas Iscariote. La obra supuso un fenómeno de masas y fue represaliada por la censura franquista, que tardó tres años en autorizarla.

Vamos a disfrutar en pantalla grande de esta magnífica ópera rock hecha cine, un fantástico espectáculo visual que marcó a toda una generación rompiendo esquemas, llena de canciones maravillosas interpretadas por voces prodigiosas.