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El mes de diciembre ha sido inusualmente lluvioso en la provincia de León. Tras un año de profunda sequía, parecía que estas precipitaciones podrían enmendar la situación en el campo leonés llenando los embalses y asegurando una buena campaña de regadío de cara al próximo vernano. Sin embargo, los datos reflejan que no ha llovido lo suficiente para recuperar los niveles de agua embalsada que han presentado los pantanos durante la última década.
Y es que de acuerdo con las cifras facilitadas por embases.net, la provincia cuenta con 747 hectómetros cúbico de agua acumulada en sus pantanos. Eso supone un 42% de su capacidad total, un porcentaje lejos del 48,5% de media que se venía registrando durante estas fechas en los últimos diez años y del 52% de que se registró durante esta misma semana en el año 2021.
Solo un invierno plagado de precipitaciones podría poner remedio a esta situación. Una coyuntura que preocupa a los agricultores de regadío, los cuales temen que si los emabalses no alcanzan una cifra óptima su camapaña del 2023 se vea limitada, reduciendo así también su margen de beneficios.
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