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Entrada de un furgón de la Guardia Civil a la prisión de Mansilla de las Mulas.
Los incidentes en Villahierro alertan de la falta del 27% de personal con 34 presos conflictivos

Los incidentes en Villahierro alertan de la falta del 27% de personal con 34 presos conflictivos

La prisión tiene cerca de 700 internos en un momento en el que 34 de ellos ocupan dos módulos de internos conflictivos a los cuáles en ocasiones sólo vigila un funcionario | De los 390 funcionarios de la cárcel leonesa 70 están en segunda actividad, uno de los porcentajes más altos de las prisiones españolas

I. Santos

León

Jueves, 4 de noviembre 2021, 08:11

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Los últimos incidentes ocurridos en la prisión de Villahierro hacen patente la necesidad de cubrir las plazas de la RPT (Relación de Puestos de Trabajo) que actualmente cuenta con un 27% menos del personal marcado. Además de los 390 funcionarios que a día de hoy trabajan en el centro, hay 70 que en segunda actividad, por lo que aunque sean de vigilancia llevan a cabo tareas de administración por tener una edad superior a los 57 años. La RPT de León se sitúa en 540 funcionarios.

La situación de la prisión leonesa se ha puesto de manifiesto en múltiples ocasiones y son varios los sindicatos y asociaciones que han demandado un incremento en la plantilla, pero en los últimos días y dados los acontecimientos ocurridos se pone aún más de manifiesto esa necesidad.

León cuanta con casi 700 internos, para un total de 1.150 plazas habilitadas -incluyendo las del CIS-. Este es otro de los problemas, y es que en algunas provincias el CIS tiene una plantilla aparte de la prisión, pero en el caso de León la plantilla es compartida. Este hecho hace que dos puestos de funcionario se destinen ahí durante las 24 horas del día.

Los módulos y los internos conflictivos

Son 17 módulos los que componen la prisión de Mansilla de las Mulas. En la actualidad, hay cuatro de ellos cerrados, dos lo hicieron antes del verano por la falta de funcionarios en el centro penitenciario.

Para todos ellos hay 38 funcionarios de vigilancia en el servicio diurno y un total de 15 en el nocturno. Y es que, aunque no todos los módulos estén habilitados, hay algunos que cuentan con entre 70 y 80 internos.

Pero los mayores problemas se encuentran en los módulos 11 y 15. En ambos casos hay presos de primer grado y cuentan con un número menor de internos. En el caso del módulo 11 lo componen 19 presos y el módulo 15 tiene actualmente 18 internos de los cuáles dos son 91.3 (conocidos por su gran peligrosidad y alto grado de conflictividad en sus actos).

En este sentido, la prisión leonesa ha mejorado. Porque de no tener ningún preso de estas características llegó a contar con cinco ingresados. Uno fue trasladado y otros dos han 'progresado' a nivel 91.2 debido a su mejor comportamiento, aunque siguen en estos módulos más restrictivos en visitas y horarias de descanso.

En el caso de los presos que protagonizaron este domingo un intento de fuga, se encontraban en el módulo 14, que es de presos de segundo grado, pero también son conflictivos. Los dos argelinos estaban condenados a 14 y 3 años de prisión.

El grado de los presos

Los internos se catalogan en tres grados. El primer grado es donde se ubican los presos más conflictivos, los conocidos como 91.3 y los 91.2 que tienen mayores restricciones que otros presos de primer grado. La mayoría se ubican como presos de segundo grado y finalmente de tercer grado que son los que se encuentran en semilibertad.

La clasificación de los presos se hace cuando ya han recibido una sentencia firme, pero no depende de su delito, sino de su comportamiento en prisión. Es decir, hay casos de personas que han cometido un delito de robo con violencia, pero su adaptación a la vida en prisión es imposible y su comportamiento empeora cada día. Por otro lado, algunos presos conocidos públicamente por diversos crímenes tienen una mejor adaptación a la cárcel y no presentan problemas de conducta en el día a día, como por ejemplo el caso de El Chicle.

Además estos grados pueden ir variando a lo largo de su vida en prisión.

Médicos y tratamientos psiquiátricos

Otro de los problemas de las prisiones españolas y que se ha visto acentuado en el caso de León es el tema médico. En la RPT de Villahierro se reconoce la necesidad de once médicos, pero ahora la cárcel cuenta con cuatro profesionales sanitarios.

En algunas ocasiones la atención médica adecuada es imposible. Y este problema se incrementa si se habla de la atención sanitaria mental. Muchos presos, con problemas mentales previos, ven incrementada su enfermedad al no recibir un tratamiento adecuado.

Un bolígrafo como arma

Las manifestaciones y denuncias de los funcionarios son constantes y desde ACAIP han remarcado a leonoticias que «si la pérdida de trabajadores sigue a este ritmo o se cierran más unidades o no se puede asegurar que la seguridad y la reinserción social». El sindicato recuerda que este es el «fin de la ley orgánica general penitenciaria», pero en el caso de León «la bola cada vez es más grande con una de las plantillas más envejecidas de España». Y es que la media de edad de los 390 funcionarios de la prisión de Villahierro es superior a los 55 años.

Pero cerrar módulos tampoco es una opción, ya que tal y como remarcan desde prisiones «al cerrar módulos, solo se consigue que la masificación sea mayor, y el riesgo de incidentes (peleas y agresiones) sea rutinario». Y en este sentido recuerdan que «entramos al módulo a la bajada y subida de celdas y demás actividades con el único arma de un bolígrafo» ya que es lo único que portan en estos trayectos.

Acaip denuncia que la declaración de los trabajadores de prisiones como agente de la autoridad es «irrenunciable». Y recuerdan que «a día de hoy gran parte de las agresiones a trabajadores de instituciones penitenciarias quedan al no ser agentes de autoridad en meros expedientes disciplinarios, que en muchos casos, por lo menos en el centro leonés no se cumplen».

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