El nuevo vecino compostelano

En Villar de Mazarife la mañana se levanta tranquila. Un grupo de peregrinos marcha en bicicleta, un rubio solitario devora un bocata a la puerta del bar de la plaza antes de retomar el Camino y otras dos, que a buen seguro son extranjeras, hacen acopio en el supermercado.

En el pueblo ahora recibe un peregrino de metal con sonrisa simpaticona. «Nos la ha regalado un vecino de Villar que es de Avilés, de los que no pierden las raíces, que es lo que pretendemos con la gente que está fuera, porque si no en cincuenta años no existimos», comentaba con sentimientos encontrados Ramón Fernández, presidente de la Junta Vecinal.

Para la inauguración se desplazó hasta el lugar el vicepresidente de la Diputación, Francisco Castañón, que quiso simbolizar con la visita «el apoyo institucional a las Juntas, en las que hemos invertido siete millones de euros, elevando los casi dos millones invertidos en el anterior presupuesto», comentaba el también alcalde de Pola de Gordón.

Fue sin duda un buen momento para conocer de primera mano los problemas de Villar. «Las canalizaciones del agua potable nos dan muchísimos problemas, al ser de PVC se rompen con gran facilidad, ya que pasan muchos camiones», lamentaba Ramón Fernández.

La comitiva aprovechó para dar un paseo por el pueblo, dejando al peregrino atrás. Una imagen que seguirá recibiendo y despidiendo a todo aquel cuyo horizonte siga siendo Santiago.