‘Cuentos en Cármenes’, once historias de once escritores
La Semana Cultural de Cármenes celebra su particular cuenta cuentos durante el día 3 a partir de las 22:30 horas
leonoticias
Martes, 2 de agosto 2016, 15:03
En estos días se celebra la Semana Cultural de Cármenes, la más veterana de la provincia, y el acto que se anuncia para el miércoles día 3 da un paso más en la trayectoria cultural de este pequeño pueblo de la montaña, con medio centenar de habitantes en invierno que se multiplican estos días. Desde este año cuenta con un libro de cuentos con una característica muy singular, todos ellos se desarrollan en la localidad, de ahí si título Cuentos en Cármenes.
Son once historias de once escritores vinculados a la localidad o que pasaron por la Semana Cultural atendiendo a la petición de los organizadores de escribir un relato que se desarrollará en la localidad Un libro que este miércoles se presenta (22.30 horas, Casino de Cármenes) con la presencia de varios de los autores que participan en el mismo.
onS los once autores: Basilio Fernández, Julio Llamazares, Ángel Fierro, José Antonio Llamas, Antonio Manilla, José Vicente Pascual, Juanita Fierro, David Rubio, Aurelio Loureiro, Jesús Díez y Fulgencio Fernández. Once historias bien diferentes que se abren con el cuento de Julio Llamazares La noche (en) que llegué al Café Sidoro y se cierran con el de Fulgencio Fernández La noche (en) que cerró el Café Sidoro, con un poema a modo de prólogo del que fuera el primer Premio Nacional de Poesía que se le concede a un autor fallecido y que, además, sólo había publicado un libro, Basilio Fernández, natural de un pequeño pueblo del municipio de Cármenes, Valverdín. El poema es el titulado significativamente Alto Torío.
En su relato Julio Llamazares narra las peripecias de la primera vez que llegó al que era el bar más clásico de la localidad, Casa Sidoro, la singular primera comunión que allí se estaba celebrando, una clandestina peli porno con el cura y el cabo de la Guardia Civil en la galería Y en este mismo bar se desarrolla el relato de Fulgencio Fernández, pero treinta años después, la última noche antes de bajar la trapa, con tres clientes y el propio Sidoro.