Suárez-Quiñones presume de una política climática «pionera» y el PSOE dicen que son un «auténtico peligro»
El consejero carga contra el «catastrofismo» de José Luis Vázquez quien carga contra el «fanatismo» que niega el cambio climático
El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, presumió de una política en materia climática que consideró «innovadora, pionera y avanzada», mientras el procurador socialista José Luis Vázquez aseguró que son un «auténtico peligro» porque afrontan el cambio climático con «manipulación, mentiras y maldad».
En la sesión de control al ejecutivo del pleno de las Cortes, Vázquez preguntó al consejero qué hacía la Junta de Castilla y León frente a las consecuencias del cambio climático, mientras el consejero le recomendó un «potenciómetro de catastrofismo» por no admitir lo «inédito» y «avanzado» de las políticas de la Junta.
El procurador José Luis Vázquez aseguró que la Junta manipuló los presupuestos negando la Agenda 2030 y el cambio climático, a pesar de ser la base de los fondos europeos y a su juicio miente cuando califica de esencial al operativo de incendios forestales, pese a tener un plan, el Infocal, de 1999 sin actualizar y sin medios. También cuestionó los planes y estrategias de medio ambiente, que aseguró además no cumple, y se niega a fijar criterios despliegue de las energías renovables compatibles con el paisaje y el campo, que eviten la corrupción.
El consejero cuestionó el «minidebate» sobre el estado de la Comunidad del socialista y destacó las medidas de adaptación al cambio climático del patrimonio forestal y natural, el apoyo a los ayuntamientos implicados en la neutralidad climática, así como el refuerzo del operativo contra incendios, con «inversiones históricas», mientras se amplía la sanidad forestal. Además, citó la bioeconomía y la apuesta por la biomasa, la producción de madera, que se triplicará en la década de 2030, y las inversiones de abastecimiento y depuración.
El procurador socialista demandó políticas de «buen gobierno» y criticó el «nepotismo» del presidente, Alfonso Fernández Mañueco, algo que aseguró es «malo» para la democracia, así como la continuidad de Suárez-Quiñones, que recordó el verano pasado dejó «ruina», «dolor» y «muerte». Además, lo llamó «indolente» por su actuación con los trabajadores del sector forestal y criticó el «fanatismo cerval», a los «patriotas de pacotilla», que niegan los efectos de la contaminación y llaman «criminales» a los socialistas por ser ecologistas.
Finalmente, Suárez-Quiñones criticó al Gobierno de España por atacar a las choperas, la biomasa y por hacer «sueltas indiscriminadas» de agua en los embalses o frena la modernización de los regadíos. «Mucha retórica», dijo, frente a las «palabras», porque indicó «acciones positivas ninguna».