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Virginia Barcones posa en la hemoreteca de El Norte de Castilla. G. VILLAMIL
«Soy muy reivindicativa, los ministros van a conocer las necesidades de esta tierra»
Virginia Barcones, delegada del Gobierno en Castilla y León

«Soy muy reivindicativa, los ministros van a conocer las necesidades de esta tierra»

«Los que vivimos en territorios despoblados queremos hechos», recalca la representante del Gobierno de Pedro Sánchez en la comunidad

J. Asua

VALLADOLID

Sábado, 4 de agosto 2018

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Asegura que no será una delegada para decir sí a todo lo que ordene Moncloa. Virginia Barcones (Berlanga de Duero, Soria, 1976) asume el cargo con espíritu de lucha para sacar a Castilla y León de la segunda división territorial. Pide lealtad a la Junta en esta complicada misión –«confío en el compromiso que me transmitió Herrera»– y fija la máxima urgencia en la lucha contra despoblación.

–Lleva mes y medio en el cargo, ¿su prioridad?

–La despoblación. La singularidad de Castilla yLeón viene marcada por sus 95.000 kilómetros cuadrados con un número de habitantes que no llega a los dos millones y medio. Eso genera una gran complejidad a la hora de prestar los servicios. Es un problema transversal, que hay que afrontar desde todos los niveles y en coordinación con el resto de administraciones y con los agentes afectados a través del diálogo. Hay que generar empleo, diversificar la economía rural y conseguir que todos nuestros recursos, que son muchos y variados, se conviertan en oportunidades. La gente de los territorios despoblados no queremos oír hablar más, queremos hechos. Necesitamos recursos públicos en el medio rural que sean potentes para no mantener esa doble situación de ciudadanos de primera y de segunda.

–¿Se ha encontrado algún marrón en algún cajón o bajo la alfombra?

–Alguna sorpresa, porque una cosa es lo dicho y otra lo hecho, especialmente en materia de infraestructuras. Pero más allá de reproches, he venido a resolver problemas, a buscar soluciones, aunque no tengo una varita mágica, pero sí mucha voluntad. Estos últimos días he visto con perplejidad cómo se hablaba de retrasos. ¡Pero si el Gobierno lleva un mes! Todo lo contrario, estamos analizando cómo están los proyectos y las obras qué se pueden agilizar.

–¿Su puesto conlleva no rechistar a Moncloa o hay espacio para la reivindicación, para ponerse brava con los jefes y decirles que esto envejece y se vacía?

–Soy muy reivindicativa. Asumo la representación del Gobierno, pero también el contarle a sus ministros cuál es la situación, qué problemas tenemos y generar en todos ellos esa conciencia de las necesidades de esta tierra. Ya me he visto con más de la mitad y lo saben. No he venido a ponerme de perfil, me gusta mirar a los problemas de frente. Quien me nombró, lo sabía. Castilla y León está especialmente cansada de falsas expectativas. La gente se pone muy bravucona y cuando llega a Madrid habla muy bajito. Tenemos que reivindicarnos más.

–Pues se estrenó usted y la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, le recibió con el calificativo de «comisaria política».

–Creo que un exceso verbal fruto del nerviosismo. Es difícil justificar todo lo que no se ha hecho y que tan gravemente nos ha dañado, pero no quiero entrar en la confrontación. Este tipo de conflictos son estériles. Me lo llamó por reunirme con la ministra de Transición Ecológica para tratar uno de los problemas de esta comunidad: las cuencas mineras. Estoy satisfecha al ver cómo el jueves pasado los representantes de estas se reunían con la ministra. Aquí hay dos prioridades: la social, la de los trabajadores, y dar un futuro a esas zonas, y en eso trabajaremos.

–Contra el mantra de la despoblación hay que abrir el melón de la financiación. ¿Peleará por que el modelo beneficie a la comunidad frente a otros territorios que son más efectivos la hora de pedir?

–El tema de la financiación es complejo, como lo demuestra que desde 2014 el modelo está extinto y pese a que el PP tenía mayoría absoluta no fue capaz o no tuvo voluntad de cambiarlo. No responde a nuestras necesidades de nuestro hecho diferencial: población envejecida y muy dispersa, que hace que aumente el coste de las prestaciones. Eso hay que ponerlo encima de la mesa .

Confianza quebrada

–¿Cómo valora las últimas informaciones de la operación Enredadera? Esos contactos de políticos del PP con empresarios para adjudicar obras tras otros casos como la trama eólica, la Perla Negra...

–Como delegada del Gobierno no entro. Como Virginia Barcones, vicesecretaria del PSOE, me parece escalofriante. Los que nos consideramos servidores públicos creemos que hay que ser escrupulosos en las formas y en el fondo. Hay que recuperar la confianza de la ciudadanía en la política y en las instituciones y llevamos muchos años conociendo hechos que la han quebrado.

–¿Le pasará factura al PP en las próximas elecciones o en esta comunidad la derecha es eterna?

–Esta es una apreciación personal. Creo que esta Administración autonómica necesita aire fresco, un cambio, un impulso, regenerarse. El problema es que en esta comunidad la situación interna de desgaste del PP está haciendo que las cosas no vayan como deberían ir, que la gente no viva como debería vivir. Un cambio va a ser bueno.

–¿Llegará por fin la hora de Luis Tudanca?

–Como miembro del PSOE, creo que el cambio es Tudanca, porque es un hombre honesto y leal con esta tierra.

–La subdelegada en Valladolid ya pide más efectivos de la Guardia Civil para la provincia. ¿Dará una vuelta a la política de seguridad o es una comunidad tranquila?

–Desde 2011 hemos perdido casi un 10% de efectivos entra Policía y Guardia Civil. Pese a eso, y a mí me gustaría reconocérselo a todos los agentes de estas fuerzas, han hecho un esfuerzo en el mantenimiento de los servicios. Vivimos en una de las comunidades más seguras de España y es gracias a ellos. No vamos a caer en la autocomplacencia, seguiremos trabajando para que cada día sea más segura y en cuanto a las plantillas lo estamos analizando. Yo me he comprometido a reforzar los servicios Roca y la presencia en el territorio, porque sin seguridad no hay libertad.

–Vuelve la Autovía del Duero, un proyecto de cuando Borrell era ministro de Fomento. Es el cuento de lobo, pero nunca llega. Ya nadie cree a los políticos.

–Soy soriana y si se contará a los ciudadanos que más la utilizan, estaría entre ellos. Para este Gobierno es una prioridad porque vertebra Castilla y León y España. Se ha analizado en qué situación real se encuentra y vamos a ejecutar todo lo que está previsto en los presupuestos, con lo cual es imposible que hayamos retrasado nada como se ha dicho. Haremos un ejercicio de honestidad, diremos en todo momento la verdad sobre el estado de las infraestructuras. Ya hay una orden del ministro de supervisar dos tramos de 35 kilómetros por importe de 234 millones de euros entre Quintanilla de Arriba y Tudela de Duero. El compromiso es licitar obra en el primer trimestre del próximo año.

–¿Y la Valladolid-León?

–En 2018 hay una adjudicación de 27 kilómetros del proyecto entre Villanubla y La Mudarra y desde este punto a Rioseco. En 2019 se licitarán los proyectos de otros 30 kilómetros. Es otra de las prioridades.

–La llegada del PSOE ha abierto expectativas para recuperar el proyecto del soterramiento en Valladolid, ¿es factible?

–El alcalde, como buen alcalde, está haciendo las gestiones para ver todas las posibilidades reales e intentar dar la mejor solución. Conozco bien a Puente. Estoy segura de que con toda honestidad lo peleará y con toda honestidad dirá cuál es la situación real. El cambio de Gobierno ha generado muchas expectativas, pero tenemos que ser realistas. En 45 días, por muchas horas que uno trabaje, es difícil revertir siete años de recortes y de falta de infraestructuras.

–¿Estará encantada con el subidón que la encuesta del CIS le otorga el PSOE, aunque algunos duden y acusen a Tezanos de promover un efecto suflé?

–La profesionalidad de Tezanos es incuestionable. Muestra el respaldo ciudadanos. Este país necesitaba un cambio, hacer borrón y cuenta nueva y esa cuenta ha generado expectativas. Y es que en pocos días se ha retomado el diálogo y se ha comenzado a pensar en las personas. Con la revalorización de las pensiones van a llegar a Castilla y León este mes 72 millones de euros más; ya está ahí el plan de becas para los niños de familias con menores recursos; el incremento de las retribuciones para los empleados públicos o las bajas desde el primer día... La ciudadanía lo ha valorado de forma positiva.

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