Los ingenieros industriales piden a la Junta la aprobación de la normativa de plantas de biometano
Castilla y León cuenta con tres plantas operativas, otras once ya autorizadas y un centenar de proyectos pendientes de aprobación
Los colegios de ingenieros industriales de León y Valladolid pidieron a la Junta que apruebe la nueva normativa sobre la instalación de plantas de biometano en la Comunidad para «aportar certidumbre, seguridad jurídica a las inversiones y al desarrollo de los proyectos».
Así lo explicó el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de León, Antonio Fernández, quien recordó que, con más de cien plantas pendientes de instalación en distintas fases de desarrollo, la Comunidad cuenta con un «claro potencial para liderar este sector en España».
Recordó que la Junta quiere establecer la ubicación de estas plantas a un mínimo de 1.500 metros de poblaciones y otros elementos sensibles, así como limitar su capacidad y sus procesos a un volumen máximo de 200.000 toneladas anuales. «Hay cierta incertidumbre para poner en marcha los proyectos pendientes ante la falta de regulación. Y la aprobación de esta normativa sería un revulsivo para lanzar definitivamente una actividad que situaría a Castilla y León a la cabeza de todo el país», precisó Fernández, durante la reunión que han mantenido los máximos responsables de los colegios de ingenieros industriales de León y de Valladolid, para abordar la situación de este sector en la Comunidad.
Por su parte, el presidente del Colegio de Valladolid, José García Neira, aseguró que «es necesario establecer unos criterios claros para la ubicación de estas plantas, así como las medidas correctoras que sean convenientes para evitar las molestias de los olores que producen, uno de los principales problemas que generan este tipo de instalaciones».
Además, ambas entidades se unen también a la reclamación de la Junta sobre la urgencia de elaborar un plan estatal de biogás para regular ese tipo de instalaciones, ante la controversia que generan algunas de las nuevas plantas, «con el objetivo de favorecer una mejor gestión ambiental de los restos biológicos que se tratan».
Plantas operativas
Sin embargo, a pesar del potencial de la Comunidad, en estos momentos Castilla y León solo cuenta con tres plantas que producen biometano: Burgos (Villalonquéjar), Ólvega y Almazán (Soria), además de la de Machacón (Salamanca) y la de Carbonero El Mayor (Segovia), que están en fase de desarrollo. Hay también once instalaciones más que ya cuentan con la autorización correspondiente y otro centenar pendiente de aprobación.
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Ambos responsables subrayaron el «grandísimo potencial que tiene Castilla y León debido a la actividad agrícola y ganadera», que al mismo tiempo genera, en el caso de las explotaciones ganaderas, una gran cantidad de residuos que hay que gestionar.
Una solución sostenible
«El biometano es una solución local y sostenible para la gestión de los residuos orgánicos, como purines, estiércol, restos agrícolas y de la industria agroalimentaria, pero es necesario que esté perfectamente regulada en cuanto a la distancia que deben mantener con respecto a los núcleos de población, así como en todo lo relativo a su transporte y acopio», valoró José García Neira.
Los representantes de ambos colegios recuerdan, además, que el biometano es un combustible renovable, que favorece la economía circular y reduce las emisiones de CO2, además de servir como combustible para vehículos o para generar calor y electricidad.