«Las Edades han incrementado el interés de los fieles porque el patrimonio esté conservado»
José Ángel Rivera de als Heras, comisario de las Edades del Hombre
ALICIA PÉREZ
Viernes, 22 de abril 2016, 06:49
Es delegado diocesano para el Patrimonio y la Cultura de Zamora, director de los museos Diocesano y Catedralicio y comisario de la exposición 'Aqva' de Las Edades del Hombre, que se inaugurará en Toro el 27 de abril. La labor no le es ajena. Historiador del arte, tiene en éste una de sus vocaciones y fue comisario de 'Kyrios' en Ciudad Rodrigo y guionista de 'Passio' en las dos Medinas, y de 'Monacatus' en Oña. Con el montaje finalizado y la mayoría de las piezas en las sedes de la Colegiata y la iglesia del Santo Sepulcro en fase de colocación, José Ángel Rivera de las Heras espera que el día de la inauguración esté todo perfecto. «Está todo muy adelantado y andamos muy bien de tiempo», asegura tranquilo sobre los preparativos de una exposición en la que el 30% de las 130 obras serán de Zamora y Toro, una presencia que considera muy importante.
¿Ya le tocaba a Zamora ser sede de otra exposición de Las Edades del Hombre?
Pues sí, porque Zamora fue sede en el año 2001, así que han pasado 15 años. Tocaba.
¿Ha habido que adecuar mucho las sedes, los dos templos que albergarán la muestra?
No, más bien poco. Estaban preparadas y listas para hacer el montaje prácticamente. La Colegiata es uno de los edificios más emblemáticos de todo el patrimonio cultural de Zamora desde el punto de vista arquitectónico. Es una obra de transición del románico al gótico, una obra de una arquitectura importante y destacada, sobre todo, por el cimborrio. Es el edificio más importante de Toro y uno de los más emblemáticos dentro de la Diócesis de Zamora. La iglesia del Santo Sepulcro fue sede de la Orden del Santo Sepulcro y es una iglesia muy interesante porque la mayor parte es de románico de ladrillo y por el coro que tiene.
¿Qué van a aportar las sedes a la exposición?
Uno de los criterios que tiene la Fundación es respetar al máximo la visión del propio continente. En la medida de lo posible, el objetivo es no enmascarar el edificio para que pueda ser destacado junto con las obras que se exponen. Hay cosas que no se retiran como retablos o el Pórtico de la Majestad de la Colegiata. Todo eso forma parte también de la exposición, aunque no forme parte del catálogo.
¿Qué tendrá la muestra de novedosa respecto a las anteriores?
Todo. Cada muestra es completamente distinta a la anterior y a la que le sucede. Cada una tiene su originalidad y su peculiaridad. Cada una es distinta y hay que entenderla globalmente. El hecho de que la temática sea el agua nunca se ha visto antes. Por tanto, la novedad es total.
¿Por qué eligió el nombre de 'Aqva'?
El Duero nace en Soria, pasa por Toro y Zamora y después hacia Portugal. La mayor parte de su recorrido es por la comunidad autónoma y cuando llega a Zamora divide la provincia en dos mitades. La mitad norte, que llamamos Tierra del Pan y la mitad sur, Tierra del Vino. Como el pan y el vino ya habían sido tratados en la exposición de 'Eucharistia' en Aranda de Duero y nunca se había hecho una exposición temática sobre el agua, se decidió que fuese el tema general de la exposición al hilo del Duero, que atraviesa la provincia y la Diócesis.
¿El agua les ha dado después juego a la hora de montar la exposición?
Sí. Ese relato tiene que tener una lógica y yo me suelo fijar en los textos bíblicos, en los textos patrísticos y en los litúrgicos. En el ritual del bautismo hay una oración de bendición del agua bautismal y en el misal romano hay una oración de bendición del agua para asperjar a los fieles. La secuencia de esas dos oraciones es lo que me ha dado pie para hacer el itinerario y el recorrido de la exposición. Toda la escritura está atravesada por la cuestión del agua, desde los orígenes que comienza con el jardín de Edén con los cuatro ríos hasta el Apocalipsis que habla del mar de cristal.
¿En el montaje también estará presente el agua?
Hay audiovisuales con agua, un documental sobre el río Duero y en la infraestructura de paneles y lonas también se incluye el agua. Está presente en todo el montaje.
¿Se encuentran con problemas para no repetir obra o hay patrimonio suficiente en las diócesis de Castilla y León?
La Iglesia en Castilla y León tiene tantísimo patrimonio cultural, en este caso plástico, de escultura, pintura, y también obras de artes aplicadas como la platería, la metalistería, tapices, que, de momento, no se nos ha agotado. En principio, a no ser que la obra sea muy específica y se piense que es la más idónea para que vaya a la exposición, se procura no repetir y será una parte mínima la que repita. Yo tengo especial empeño en que el arte moderno no falte de las exposiciones porque el arte religioso no termina en el siglo XIX sino que ha avanzado en el siglo XX y en el XXI aunque haya sido menor. El diálogo o la confrontación y ver las concepciones de los distintos artistas me parece muy importante. También habrá otras artes que a veces son olvidadas. Se llevará fotografía, que en Oña tuvo una entrada triunfal, y se lleva también en esta edición el azulejo, que nunca había habido. Habrá una obra de azulejo con una representación de un santo.
¿Actualmente se hace menos arte religioso?
Se hace menos porque hasta el siglo XIX la Iglesia era una de las instituciones que más obra encargaba y esas obras estaban vinculadas a los edificios religiosos e incluso a la liturgia con el arte sacro. Ahora no encarga tanta obra quizá porque no la necesite tanto, porque a lo mejor no tiene tantas posibilidades económicas y porque hay artistas que no comparten la fe y no exploran esa vía del arte religioso.
¿Con qué sensación saldrá el visitante de 'Aqva' de la exposición?
Depende de la expectativa que lleve. Hay visitantes que van a la exposición simplemente para consumir arte y deleitarse con una obra artística. Habrá personas que sean creyentes con lo cual les confirme la fe porque en definitiva, el arte cristiano es la mediación plástica de nuestra fe. Y habrá personas que a lo mejor no comparten la fe o suspenden el juicio acerca de Dios pero tienen interrogantes en su propia vida y las preguntas fundamentales del hombre, quién soy yo, de dónde vengo, a dónde voy, qué hago aquí, cuál es mi misión. Me gustaría que todos se llevasen la idea de que hay un Cristo que ofrece a los hombres su salvación y que dice «el que tenga sed que venga a mí y beba». Pero no una sed de agua material, sino una sed de espiritualidad, de trascendencia. Si es capaz la exposición de dar alguna luz a alguna persona respecto a su vida para mejorarla o encauzarla, con eso me doy por satisfecho.
¿Cree que el mensaje que se pretende dar con las exposiciones llega al visitante?
Sí, me consta además. Hay un libro que se pone en la exposición para recoger pareceres e impresiones de las personas que pasan por ella y me he encontrado en ediciones anteriores con frases que realmente me han impactado, de artistas, de políticos, personas de relevancia social, familias e incluso de niños. Cuando son capaces de escribir eso, significa que la exposición les ha llegado.
Han disminuido las obras que necesitan restauración, ¿se cuida más el patrimonio?
Hay una creciente sensibilidad acerca del cuidado del patrimonio. Se valora muchísimo más que se valoraba. La Fundación y las exposiciones de Las Edades han hecho mucho en este punto. En esa sensibilización hacia el cuidado del patrimonio entra la restauración o la puesta en valor de nuestro patrimonio y muchísimas parroquias, cabildos catedrales, colegiales, santuarios y ermitas han hecho muchísimo en estos últimos años por restaurar convenientemente el patrimonio. En la Diócesis de Zamora se restauran muchísimas obras a lo largo del año y eso no sucedía antes. Ahora los pastores y los fieles están interesados en restaurar las iglesias, los retablos, las imágenes, pero es por esa sensibilidad que ha ido creciendo entre el público y los fieles en general.
Decía que a esa sensibilidad ha ayudado la exposición...
Sin duda alguna. Ese es uno de los efectos que ha tenido la expoición, no solamente que la Fundación ha restaurado algunas obras y que ha encargado la restauración de otras que no ha hecho ella, sino que además en los fieles ha incrementado el interés porque esas obras estén conservadas y mantenidas convenientemente. Es una labor de concienciación que la Fundación ha hecho muy bien.
¿El modelo de estas exposiciones continúa vigente o llegará un momento que se agote?
Puede que algún día llegue el momento en el que se termine porque los tiempos cambian y los proyectos no tienen por qué conservarse si ya no responden a una necesidad. En su momento surgieron, se mantienen y si en el futuro no se mantienen, no pasa nada, nos inventaremos otras cosas para evangelizar y catequizar por medio del arte. En principio, yo no le veo un final inmediato. Creo que puede dar mucho más de sí todavía.
Otro de los efectos es el económico, ¿qué supondrá la muestra para Toro?
Un evento de este tipo es un revulsivo para la ciudad y todos serán beneficiados por el bullicio que va a haber y por la cuestión de la hostelería, el comercio y el turismo. Va ser una ciudad que se va a dar a conocer en todo el ámbito nacional. Son efectos secundarios porque el fin principal no es ese, pero por eso las administraciones contribuyen también económicamente a que se haga la exposición, porque va a tener un efecto beneficioso y positivo para todos.
¿Cómo ve la preparación de Toro?
Yo creo que las instituciones provinciales y locales han dado de sí y han estado a la altura, tanto la Diputación de Zamora como el Ayuntamiento de Toro, y no solamente por las partidas económicas que han ofrecido sino también por la labor de adecentamiento y de acondicionamiento de la ciudad.
¿Hay buenas expectativas de visitas?
A mí no me interesa el número de visitantes. Me interesa mucho más que los que vengan, sean pocos o muchos, se vayan con el mensaje entendido y con el agrado de haber visto algo que interiormente les haya conmovido.