El chef de origen castrense y pasión deportiva
Víctor Martín, flamante estrella Michelin de Valladolid, soñó con ser deportista
El reloj de cubiertos que cuelga en la cocina de dos plantas marca las diez de la mañana. A la derecha, una pequeña ventana luce las pegatinas del éxito que emana de esos fogones: una estrella Michelin, dos soles Repsol, otro adhesivo de La Selección del Gourmet y finalmente, el de TopChoice que concede un portal turístico de China. El silencio anterior a esa hora se transforma poco a poco en actividad.
Empieza a llegar la plantilla de Trigo (siete personas dentro, contando con los dos de prácticas, y otras cuatro en sala, aunque la encargada de repostería entra una hora más tarde porque sale después) con Víctor Martín a la cabeza. Saben perfectamente lo que tienen que hacer. Son muchos años trabajando juntos –catorce, en un par de casos– y eso hace mucho más sencilla la labor, recoge Degusta Castilla y León.