Sepulcral silencio

Silencio.

Sepulcral y envolvente silencio.

Ni trompetas ni cornetas.

Sólo silencio.

Estremecedor silencio roto al golpeteo de las horquetas y el golpe seco del tambor.

León ha vivido con fervor la procesión más íntima de la Pasión leonesa. Cientos de fieles han enmudecido al paso de la procesión del Silencio en la tarde de este Miércoles Santo.

Portando grandes cruces de madera, los cofrades de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del sSilencio han iniciado una procesión desde la iglesia del Covento San Francisco donde a golpe de campana los braceros han sacado el paso de Jesús de Medinaceli, evocando el momento de su Pasión cuando Pilatos lo presenta al pueblo.

Siguiendo su estela y portado por 14 hermanos, el Santísimo Cristo de la Expiración, atribuido a Rafael García Irurozqui y que data de mediados del siglo XX, en un acto sobrio y solemne, que, tras la sublime lección de perdón del Martes Santo, ha escenificado el sufrimiento de Jesús de Nazaret camino al calvario.

Procesión intimista por antonomasia de la Semana Santa de la capital donde el silencio se ha fundido con el tímido sonido del clarinete y el fagot en cada alto en el camino. Oración, respeto y devoción en la Procesión del Silencio.

Un recorrido que ha atravesado el corazón de la ciudad en una procesión callada y sobria que recuerda tiempos del pasado y donde el silencio ha imperado en casi todo el recorrido hasta llegar a la plaza de la Inmaculada donde ha tenido lugar el rezo comunitario a la Salve.