San Juan acompaña el dolor de la Soledad
El rostro de la Virgen de la Soledad acaparaba las miradas de lo miles de leoneses y visitantes que han acudido a ver la procesión a lo largo de todo el recorrido
La Soledad de una Madre que llora la pérdida de su Hijo amado ha estado arropada por centenares de túnicas moradas y en esta ocasión, por fin, por su San Juan. Las calles de León han sido testigos del silencio, la seriedad y la disciplina de los hermanos de la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero.
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El dolor y la soledad de la Madre ante la pérdida de su hijo han estado representados por centenares de túnicas moradas. Con salida desde la Iglesia de Jesús Divino Obrero, los hermanos han llevado las tallas de Víctor de los Ríos por las calles de la capital.
Abría la procesión de este soleado Sábado Santo la Santísima Cruz de la Esperanza, símbolo del cristianismo y que descansaba sobre los hombros de 70 jóvenes braceros con una media de edad de 18 años. Lo hacían al ritmo de la agrupación de las Siete Palabras que ofrecía de nuevo a León la imagen de la hermandad entre ambas cofradías y que se mostraba con decenas de papones vestidos de rojo, negro y blanco.
Procesionaba imponente bajo los pies de la Catedral de León el Santísimo Cristo de la Paz y de la Misericordia. Un paso que recibió el refuerzo de algunos braceros de la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, mostrando de nuevo su Hermandad. Con majestuosidad avanzaba el Cristo al ritmo que marcaba la Agrupación de las Bienaventuranzas.
El siguiente paso lleva a hombros la talla de San Juan Evangelista. Y este año si, lo hicieron con pasión y mucho orgullo tras haber tenido que retirar la talla de la procesión el año pasado por falta de braceras. San Juan volvió a lucir en Sábado Santo y lo hizo seguido del poder de la Hermandad. Las túnicas moradas llenaron de nuevo las calles de la capital y entre ellas no faltaban los más pequeños siguiendo esa tradición tan leonesa de dar la mano a quienes a pie de calle observan maravillados la procesión.
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Cerraba el cortejo el paso de Las Tres Marías, con la impresionante Virgen de la Soledad a la cabeza en un paso en el que la madre viste de luto con un cuerpo bordado en oro, del que se desprenderá en la mañana del Domingo de Resurrección.
Para marcar el paso, y como sucede desde 1959, la Banda de Cornetas, Tambores y Gaitas de la Hermandad de Jesús Divino Obrero, quienes han puesto el nota musical a la Soledad. A ellos se han unido multitud de leoneses que en una calurosa tarde de abril no han querido perderse esta procesión.
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Lágrimas, luto y dolor, mucho dolor en este Sábado Santo.
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