La DO León cumple 18 años con el Prieto Picudo como protagonista
La Denominación de Origen León lleva 18 años trabajando para mejorar el posicionamiento y la calidad de los vinos leoneses
¿Un vino? Ponme un León. La Denominación de Origen León —antes Tierra de León— lleva trabajando 18 años para que León sea una tierra vitivinícola de referencia en toda la geografía española. No en vano, si hablamos de un vino DO León hablamos de un vino certificado por el ENAC, Entidad Nacional de Acreditación, que garantiza absoluta rigurosidad en todos los procesos, desde la viña hasta su expedición.
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Su origen
Fue en 1985 cuando un grupo de cooperativas y bodegas de varias zonas de la provincia como Valdevimbre o Los Oteros se agruparon en lo que se conoció como Asociación de Vinos de Calidad Tierras de León. Este fue el germen para crear la Denominación de Origen Tierra de León. «La DO nació por impulso de tres grandes zonas Valdevimbre, Los Oteros y la Ribera del Cea; y una cuarta zona en La Bañeza y Jamuz» cuenta a este medio Rafael Blanco, presidente de la DO León.
Así, el 27 de julio de 2007 la Denominación de Origen Tierra de León fue oficialmente una realidad. Años más tarde, el 2 de abril de 2018, se modificó el nombre a Denominación de Origen León con el fin de lograr un mejor posicionamiento y una identificación más cercana con la ciudad y provincia. Casi dos décadas después, la DO León es la más grande de toda la comunidad: «Somos la DO más grande de Castilla y León territorialmente hablando con 3.317 km» detalla Blanco.
Prieto Picudo, la variedad estrella
La DO tiene diversas variedades autorizadas para su comercialización pero, sin lugar a dudas, la gran estrella es el Prieto Picudo. Esta variedad tinta por excelencia ocupa el 69% de la superficie de viñedo de la zona vitinícola DO León. El resultado son vinos muy aromáticos caracterizados por una acidez natural que posee esta variedad. «En la provincia de León el Prieto Picudo se muestra con calidad excelente. La tenemos casi como variedad exclusiva» afirma el presidente de DO León.
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Ahora bien, también cuenta con variedades blanca como el Albarín como principal representante con cerca del 3% de la superficie. Se trata de racimos más pequeños y de una uva más prieta pero con más aroma concentrado dando como resultado unos vinos con gran aroma cítrica, mayor graduación alcohólica y fresca acidez. Mencía, Verdejo y Negro Saurí son otras variedades cultivadas. Esta última tiene una historia particular: «El Negro Saurí era una variedad casi desaparecida que, a través de un Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITACL), hemos recuperado. Este año se ha elaborado el primer vino con esa variedad. Es un rosado»añade Blanco a este medio.
El rosado, emblema leonés
En la provincia leonesa, el consumo de vino rosado es el protagonista. Así lo confirman desde la DO: «El 70% de lo que producimos es rosado con la variedad Prieto Picudo, el 20% blancos —desde el 2018 la variedad blanco dominante es el Albarín— y el 10% tintos»
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Aunque tradicionalmente en León el vino puede estar más arraigado a personas adultas, su consumo entre los más jóvenes está creciendo: «En la Feria DO de León de Valencia de Don Juan este año hemos visto a los jóvenes consumiendo vino con mucho criterio. Sabiendo qué quieren beber y de qué bodega» concluye Rafael Blanco.
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