La Bañeza apuesta por la alfarería

La feria de la alfarería de La Bañeza cerró sus puertas este pasado domingo. Desde el día 14, han sido cientos los turistas que se han dado cita en la calle Fray Luis Diego Alonso para poder ver de cerca los elaborados trabajos artesanales de ceramistas y alfareros nacionales e internacionales. En esta nueva edición, la número 28, ha contado con la presencia de varios profesionales del sector afincados en Portugal y Francia. Un desembarco extranjero en una feria que ha logrado hacerse con un nombre propio dentro del calendario festivo del sector, como así recordaba Miguel Ángel González (presidente de Alfareros de Castilla y León y secretario de la Federación Interregional de Alfareros de España) en el acto de presentación

Un año más, la organización ha vuelto a resaltar la buena salud de una feria que promete seguir con vida mucho tiempo. A pesar del preocupante presente del sector, afectado por la falta de relevo generacional, el público no ha dado la espalada a los cerca de 20 expositores que ofrecieron sus productos en la céntrica calle bañezana la semana pasada. Independientemente de la hora, cada uno de los stands contaba con varios compradores dispuestos a apoyar a un gremio artesanal fuertemente vinculado con la zona.

El plato fuerte de las ferias fueron las demostraciones que se realizaron a diario en la feria. En ellas, los artesanos presentes mostraron sus habilidades con la cera para dar forma a bellas elaboraciones que sorprendieron a todos los presentes. Una de las novedades de este año fueron la presencia de profesionales expertos en el uso de métodos novedosos para intentar revitalizar el oficio. Varias de sus elaboraciones sorprendieron a unos turistas que valoran positivamente la presencia de artesanos de todo tipo y condición.

Junto con las demostraciones, los concursos de jarras fueron otro de los alicientes de una feria que sigue siendo parte importante del variado programa festivo de la localidad. Los jugosos premios en metálico, que alcanzaban cifras superiores a los 200 euros, se presentaban como un llamativo atractivo para unos artesanos que dieron lo mejor de sí mismos para alzarse con el oro. Tras consultar con el jurado, los ganadores recibieron su trofeo de la mano del Ayuntamiento y Caja Rural, patrocinadores principales del evento. Las jarras que participaron en el concurso fueron donadas al Ayuntamiento, engrosando así una colección municipal que un futuro cercano promete ser la primera piedra del Museo de Alfarería de la ciudad.

Los más pequeños también tuvieron su hueco en la feria, con talleres con talleres orientados a fomentar la creatividad artesanal en los jóvenes. De esta forma, la feria de artesanía se despidió tras una edición que ha vuelto a ser todo un éxito. Tanto turistas como vendedores han agradecido a la organización su empeño por cuidar una feria que ya es patrimonio de la ciudad. De cara al próximo año, La Bañeza ya comienza a preparar las novedades de una feria que en 2026 cumplirá nada más y nada menos que 3 décadas de historia.

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