Entiendo a Adriana Lastra defendiendo su colmado. «Lo mejor que le ha pasado a este país lo hemos hecho los socialistas», ha dicho en el congreso del partido. Los avances, «antes de germinar en leyes, tuvieron su origen congreso tras congreso, debate tras debate, reflexión tras reflexión».
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No digo que no, pero también está la Logse y el terrorismo de Estado. Y tampoco es que, en este congreso, salvo por repetir socialdemocracia y por el abrazo entre Felipe y Sánchez, haya habido nada extraordinario (debate, reflexión, ideas, o avances, solo fervorín). A mí lo que se me ha quedado es la chaqueta de Sánchez. No que la cambie, que se la ponga. No tengo claro qué color era.
A veces parecía roja como de Iberia, a veces caldera, a veces granate. Un color discutible para la fiesta de la teocracia, que diría Jorge Alacid. El abrazo con Felipe ha quedado inmortalizado con esa chaqueta indescriptible. Qué nostalgia de la pana en colores tolerables.
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