Dos víctimas llevaban trabajando en la mina clandestina de Cerredo desde 2022

Seis trabajadores fallecidos, uno más perdió su pierna y cuatro han resultado heridos. Ese es el trágico balance que arroja la mina del Grupo Cerredo desde que en 2021 el grupo empresarial de 'Chus Mirantes' adquiriera los bienes. Más de tres años en los que logró captar ayudas del Gobierno de España por valor de 1,5 millones de euros y con la autorización del Principado de Asturias para extraer chatarra y hasta 60.000 toneladas de carbón.

La denuncia que llevó el primer foco hacia la mina de Degaña data de 2022 y en ella un testigo aseguraba ante la Guardia Civil que se estaba explotando carbón de forma ilegal. En ese documento aportó nombres y teléfonos de los mineros que en ella se encontraban trabajando y al menos dos de ellos figuran entre las víctimas del trágico accidente en el que cinco mineros leoneses perdían la vida el pasado 31 de marzo, tal y como recoge El Comercio.

Pero el caso que ha destapado el terrible accidente tiene todo un reguero de información que lleva a una investigación sobre la actividad clandestina y los permisos favorables que el grupo obtuvo. Ese es el caso de 2023, cuando el Principado de Asturias autorizó a la empresa a volver al tajo 21 días después de haber comprobado la existencia de un taller clandestino y que se encontraba oculto.

E.R.M. conducía un camión de casi diez metros cargado con diez toneladas de carbón. Un fallo le deja sin frenos y el copiloto, R.D.S., saltó en marcha causando la caída su muerte; el piloto sobrevive pero se rompe una pierna.

La investigación de ese accidente arroja la primera pista de lo que estaba ocurriendo en una mina sin capacidad para ejercer la labor que se estaba haciendo. Mientras que algunos trabajadores afirman desconocer qué hacían ahí sus compañeros, el herido, su mujer y otro empleado reconocen la existencia de una explotación ilegal en el piso sexto y que el mineral se recogía a diario. En su motivación presentan el nombre de varias de las personas que allí operaban, aunque de «tres o cuatro» desconocen la identidad y facilitan el contacto para que la Guardia Civil pueda avanzar en sus pesquisas.

Tras el fatal accidente de Cerrero que dejó cinco mineros leoneses muertos, el cotejo de los nombres ha arrojado que al menos dos de ellos coinciden con los que las víctimas del suceso de 2022 habían presentado a la Benemérita.

Esta información ha sido corroborada, bajo anonimato, por los vecinos de Degaña. «A la mina se empezó a entrar en marzo -de 2022-, primero para limpiar. Desde mayo, se picaba carbón. Cuando llegó Tragsa -para ejecutar las labores de restauración- nos dijeron que no podíamos estar ahí trabajando. Se sacaban unas 20 toneladas diarias tranquilamente y la tonelada estaba a 500 euros. Cuando Minas avisaba de que vendría a hacer una inspección, se decía al relevo que ese día no fueran».

El jefe del servicio de Minas solicitó el 8 de marzo de 2023 que la Brigada Central de Salvamento Minero acudiera a registrar el Grupo Cerredo. Tras avanzar 482 metros se encuentran con el frente de labores. Localizaron «lo que se podría definir como el acceso a una explotación o chimenea». Y se concluye la existencia de un pozo con carga para vagones y una calle de circulación de personas y material, «un taller de explotación» y una infraestructura para «uso habitual» y una explotación ilegal.

Sin embargo, solo 21 días después, el 11 de abril, el jefe de sección regresa a Cerredo y levanta la paralización de la actividad tras comprobar que la empresa cuenta con la documentación requerida y ha tomado medidas tras el accidente. Y el 4 de mayo se informa de que el camión estaba averiado y el propio jefe de sección afirma que la mina está paralizada, omitiendo el permiso concedido días antes.

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