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Una tradición que quita el frío en el convento
La tradicional visita de la corporación municipal a las Madres Concepcionistas sirve para entregar un aguinaldo regado con un ágape y bajo el sonido navideño
Sonaron los compases del himno a León desde bien entrada la mañana en el corazón de la ciudad. El ambiente festivo de este día de la Inmaculada Concepción lo ponía la banda municipal para acompañar a la corporación en su tradicional paseo hacia el convento.
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Los clarines sonaron por La Rúa y desembarcaron en el convento de las Madres Concepcionistas donde se celebraba el acto religioso previo al encuentro entre religiosas y la sociedad leonesa.
El alcalde de León encabezó a la corporación y fue recibido por la madre abadesa al otro lado de la verja de clausura. «Aquí están de nuevo, como todos los años, y que no se pierda la tradición», se presentaba sor Beatriz. El primer interés de Diez fue sobre la más veterana de las religiosas: sor Inmaculada. «Viene con curvas, pero viene», aseguraron las hermanas.
Un encuentro con la tradición
En una sala perfectamente preparada para los tiempos navideños que llegan, y ante una mesa repleta de comida, el alcalde y las monjas se repartieron halagos. «Tiene la ciudad muy bonita de luces. Las han visto las que han tenido que salir a algún recado».
Entre los nuevos rostros estaba una hermana llegada desde El Salvador, la última en unirse a la congregación leonesa, ataviada con una manta, y quien pone en valor «lo bien» que está yendo la Feria de Productos de León a la que ellas también han llevado un puesto. «Hay que aprovechar estos días porque luego baja la cosa».
¿Y la salud? «Cada una con nuestros registros, pero todas en pie», explicaba la abadesa, que enumeraba en 13 las hermanas que viven en el convento, aunque una de ellas está ausente en Santa María del Páramo cuidando de sus padres.
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No fue hasta la llegada de sor Inmaculada, «la notaria de la entrega», como bromeaba el regidor, cuando se hizo entrega del aguinaldo que otros años ascendía a 1.000 euros y con lo que sufragan gastos de luz, electricidad o agua. «Nos vale para poner un poco de calorcillo, que cuesta mucho la calefacción». «Es que viven en un palacio muy grande», apuntaba Diez.
Invitando a los presentes a disfrutar del ágape compuesto por vino, mistela, pastas y embutidos, las hermanas amenizaron la degustación con villancicos tradicionales. Y así, tras casi 370 años, la corporación cumplió con su visita por la Inmaculada a sus religiosas Concepcionistas.
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Una tradición secular en las Concepcionistas
León ha cumplido con la tradición que nació en 1466 de honrar a la Virgen Inmaculada, cuando Villalpando pertenecía a la Diócesis de León; aunque no sería hasta 1621 cuando la ciudad juraría el voto, acordando en 1657 acudir todos los años al Convento de la Concepción, pese a no ser todavía fiesta oficial.
Una invitación que nacía del propio convento y que hace más de 60 años arrancaba a las 9 de la mañana con la celebración de la eucaristía, después de que los propios trabajadores municipales hubiesen cumplido con su cometido de encender los braseros.
El donativo nace de un aguinaldo en forma de cera, que era como se realizaba antaño. Ahora, se suple con una ayuda económica, que es una ofrenda que el Ayuntamiento hace a las Concepcionistas y que comenzó con 420 reales. Un dinero que, tradicionalmente, las madres concepcionistas suelen utilizar para sufragar gastos de luz y calefacción en el convento.
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