«Trabajar con dos mesas nos supone más gastos que ingresos»

Una de las medidas más esperadas por aquellas localidades que este lunes pasan a Fase 1 es la apertura de las terrazas de los bares. La población espera poder tomar un café o una caña en una terraza como un símbolo del avance hacia la superación de la crisis sanitaria del coronavirus. Un gesto que ha sido difícil de ver en Mansilla de las Mulas, donde apenas tres de los más de veinte bares que tiene la localidad han colocado la terraza.

Aquellos que lo han hecho, como Noelia Reguera García de Casa Toño, lo hacen «con alegría» por la posibilidad de apertura, pero con gran escepticismo por la situación que se vive en todo el país con la crisis sanitaria de la Covid-19.

«Tenía muchas ganas de trabajar, aunque sabemos que va a ser bastante difícil», asegura después de atender una de las tres mesas ocupadas en la terraza. «Tenemos todas las medidas de seguridad y los protocolos que marca el Ministerio de Sanidad», remarca la propietaria del local, que también lamenta que esta situación «no me permite sacar del Erte a las dos empleadas».

Casa Toño espera que Mansilla de las Mulas pueda «pasar a la fase 2 lo antes posible para que nos puedan visitar nuestros clientes de siempre y poder abrir también las mesas de dentro». Un deseo que comparte con otros hosteleros de la localidad.

En el centro los bares se acumulan en una calle donde las terrazas son pequeñas y la distancia social requiere que sólo se pueda poner el 50% de la misma, por lo que los gastos de apertura son muy superiores a los ingresos que se puedan tener. Cristian Álvarez limpia y desinfecta La Relojería, a pesar de que el local permanecerá cerrado. «La decisión es porque no tenemos suficiente espacio para poner terraza», explica a leonoticias, mientras asegura que «no es mucho el sitio y trabajar con dos mesas nos supone más gastos que los ingresos que vamos a obtener».

La acera es pequeña y aunque el Ayuntamiento ha dado alguna facilidad, en la calle Puente son varios los bares que permanecen cerrados ante la imposibilidad de ampliar terrazas y dar servicios que, al menos, cubran los costes.

«Con las mesas de la terraza y trabajando todo el día sin parar no podría ni pagar los gastos de tener la cafetera encendida», lamenta Cristian.

Algunos vecinos pasean por el centro de la localidad y se preguntan por las terrazas abiertas, pero nadie sabe con certeza cuáles son y si hay alguna. Las 'trapas' de los negocios de la localidad permanecen, en su mayoría, bajadas. Los comercios esperan el pase a nuevas fases y medidas que les permitan aumentar los ingresos.

¿Y cuando podrán abrir? «Hasta que no puede abrir el interior y a ver si levantan la mano», espera Cristian quien lamenta que «dentro sólo tengo cuatro mesas, si no se pueden poner en la barra y tiene que estar al 50% … se ve negro».

Con una amplia terraza, pero aún así quitando cinco mesas, Casa Toño abre sus puertas de nuevo y recibe a algunos de sus clientes de toda la vida. La ilusión de volver al trabajo ha sido un aliciente para Noelia que a pesar de todo, ve que el futuro del sector no será bueno.

«Va a ser demasiado complicado, pero hay que empezar e intentar hacerlo lo mejor posible para que salgamos de esta situación», asegura Noelia Reguera. La propietaria de Casa Toño espera que con los pedidos por encargo de menús del día o hamburguesas se vaya animando el consumo, ya que con las mesas actuales en la terraza los gastos suman más que los ingresos.

«Habíamos empezado un año estupendo», asegura la joven «los menús del día y las hamburguesas estaban funcionando mejor que nunca, pero con todo esto llevamos dos meses a cero», lamenta.

A pesar de que en este lunes se han acercado a saludar, y consumir, algunos clientes habituales desde Casa Toño remarcan que «va a ser demasiado complicado en muchos aspectos y no sabemos cómo va a ser de cara a un futuro».

León avanza hacia la Fase 1 entre la precaución y el miedo, las pérdidas de los negocios se siguen sumando a los dos meses cerrados y el futuro dependerá de las próximas semanas. Pero sobre todo de los clientes de toda la vida, ya que el poco turismo que pasaba por la comarca con los peregrinos no se recuperará hasta el próximo verano.