León reabre sus bares y vuelve a la vida

Se acabaron los cafés a escondidas en la 'medianera' de los bares y la calle, adiós a los 'vinos' camuflados como mosto para consumir en la acera y fin a las tertulias bajo cero a las puertas de conocidos establecimientos. Este viernes León, la provincia, recupera sus bares y restaurantes. Una medida que llega «tarde» y con el sector «ahogado» por un cierre que se ha extendido durante un largo mes y ha dejado a los negocios «prácticamente muertos».

León recupera parte de su vida cotidiana gracias a unos datos pandémicos que marcan una trayectoria positiva. La provincia mantiene 421,30 casos por cien mil habitantes en los últimos quince días, 149,13 durante los últimos siete días y una tasa de contagio situada 0,74.

Los datos no sirven para organizar un brindis porque están muy lejos de los registros que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) impone (25 casos por cien mil habitantes como promedio) pero al menos permiten asegurar que la pandemia no avanza y sí se contrae.

Reabrir la restauración conlleva activar la 'vida social' y por extensión reactivar la economía y al mismo tiempo multiplicar el riesgo de posibles contagios en masa. De ahí que Sanidad haya insistido en que estas medidas de alivio no deben entenderse como ocurrió durante el verano y cree que «todo ha pasado». El virus sigue activo, busca huéspedes para alojarse, y el descuido puede llevar a una 'tercera ola' que de nuevo conllevaría medidas restrictivas.

Junto con bares y restaurantes (que solo podrán servir en el interior en mesa con un grado de ocupación del 30% y en terraza con el 70%) reabren las grandes superficies comerciales y los gimnasios. Todo ello, en su conjunto, conlleva activar la vida a pie de calle precisamente en la antesala de la cita navideña.

El cierre de la hostelería durante las últimas semanas deja, sin embargo, una enorme cicatriz en el tejido económico local. En la actualidad, y según los registros oficiales, las licencias de hostelería en sus diferentes versiones alcanzan las 3.900 y la sensación es que muchas de ellas se perderán de forma irremediable.

Según estimaciones de la Asociación de Hosteleros, en León se perderán entorno al «treinta por ciento de los establecimientos». Eso supone que se perderán unos 1.200 establecimientos y todo lo que esté por debajo de esa cifra será casi un milagro.

La pérdida de establecimientos irá acompañada por una enorme sangría en el terreno laboral. Hasta la llegada del Covid-19 la hostelería daba empleo a 12.000 trabajadores de forma directa y a unos 8.000 vinculados de forma indirecta, según el sector.

Cuando pase la crisis, y atendiendo al número de establecimientos que no levantarán sus puertas, la previsión es una pérdida laboral de 4.500 empleos a los que habría que sumar otros 2.500 asociados a empresas que trabajan directamente con hostelería.

Será el duro peaje de una crisis que aún no ha finalizado pero que de nuevo encuentra un periodo de alivio con la Navidad, el mismo alivio que sintió meses atrás coincidiendo con el periodo vacacional del verano.