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George Reginald Freeman, este viernes en León. Noelia Brandón

George Reginald, refugiado LGTBI: «España no es una sociedad inclusiva, hay racismo y clasismo»

Tras salir de Sierra Leona por su condición sexual, el joven activista se encuentra como refugiado en la península, donde asegura que quedan cosas por hacer «incluso dentro del propio mundo LGTBI, donde me han rechazado por ser una persona negra»

Nacho Barrio

León

Viernes, 28 de junio 2019, 14:15

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En Sierra Leona, un país que abandera el conflicto eterno, la ley del año 1861 heredada del Imperio Británico prohíbe la homosexualidad. La condena por practicarla va de la cadena perpétua a un mínimo de diez años de cárcel, en una pena que va más allá de la prisión. De allí salió George Reginald Freeman, un joven activista que vio que el futuro allí siendo homosexual era, cuanto menos, una quimera.

«Uno de los problemas que tenemos es que las personas gay no tenemos acceso a la salud ni a la educación, hay un rechazo claro», manifestaba este viernes en León el joven activista momentos antes de su charla en Espacio Vías.

El refugiado LGTBI suma a esta condición la de ser de raza negra, una cualidad que pone una barrera más a su realidad. «Me tuve que marchar de Sierra Leona por ser gay y activista, ahora soy refugiado en España y también hay dificultades, mucho racismo, clasismo y xenofobia aquí», señaló en conversación con leonoticias.

Pero lamentablemente, el rechazo va más allá y se instala en la propia comunidad LGTBI. «España no es una sociedad inclusiva, hay clasismo y racismo. He ido a eventos gay en Barcelona donde me han dicho que no aceptamos negros, aunque tras mil explicaciones se han disculpado».

George Reginald Freeman, este viernes en León. NB
Imagen principal - George Reginald Freeman, este viernes en León.
Imagen secundaria 1 - George Reginald Freeman, este viernes en León.
Imagen secundaria 2 - George Reginald Freeman, este viernes en León.

La solución pasa para George por la ayuda, que va más allá del dinero. «Es importante crear una sociedad inclusiva en la que se dé a todo el mundo acceso a la ayuda, que no solo es dinero, sino ayudar para aprender la lengua para la integración y becas para refugiados con el objetivo de mejorar su vida para que trabajen y paguen impuestos».

En Sierra Leona, país que George dejó atrás, las religiones cristiana y musulmana marcan la vida hasta el punto de impulsar el rechazo a lo gay. «Allí es obligatorio creer, hemos vivido cómo se generan problemas con nuestro activismo desde las religiones».

Con sus palabras, el activista busca vencer muros y barreras con la acción dejando claro que la diferencia solo está en los ojos del que mira.

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