Rosquillas de San Froilán. S. Santos

Un dulce consuelo para un San Froilán confinado

Las rosquillas características de esta fiesta serán una de las pocas tradiciones que se pondrán disfrutar este 2020, en una festividad leonesa atípica debido al coronavirus

Lunes, 5 de octubre 2020, 13:40

Nacieron de la mano de Santiago Pérez, uno de los reposteros artesanos con mayor renombre de la ciudad y fue él quien se encargó de transmitir su receta a todos los que quisieron aprenderla. Pese a lo que cree mucha gente, estos dulces tradicionales de la fiesta de San Froilán no tienen tantos años, y son uno de los benjamines en las tradiciones leonesas, con apenas 30 años. Son las famosas rosquillas de San Froilán y serán uno de los pocos gustos que los leoneses podrán disfrutar este año por las fiestas.

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El Horno de San Guillermo es uno de los pasteleros que siguen esta receta hasta el día de hoy. Y es el propio Rubén, quien las elabora, pero además se ríe y saca del error a aquellos que creen que este postre lleva años inundando esta fiesta otoñal. «No está tan arraigada en el tiempo como cree la gente, empezó algunas décadas, gustó y se puso de moda, y al final terminó calando», asegura sobre un postre que se ha unido a un selecto club al que pertenecen los pendones, las castañas calentitas o los carros engalanados.

«Siempre te deja con ganas de más»

Uno de los secretos del éxito de esta rosquilla es «que se vale por si mismo», es decir, tal y como explica Rubén, «no necesita ningún acompañante para triunfar, va perfecto con un café o como postre». Además, tiene otro «truquito»: su tamaño. Y es que además de su gran sabor, «al ser tan pequeña, la gracia está en que son de bocado, te comes una y siempre te deja con ganas de más y de otra».

«Se trata de una masa muy fina, elaborada con una base de leche, harina, huevos y azúcar», indica Rubén mientras prepara una masa en su obrador, siempre pendiente de que cada una de las rosquillas este perfecta. «Hay tres opciones, con limón, con anís o con ron». La masa lleva su tiempo trabajarla, hay que dejarla reposar en varias ocasiones hasta poder terminar el postre.

La receta

«Primero pones la leche en el fuego, con azúcar. Cuando comienza a hervir echas la harina, la remueves y la escaldas hasta que empiece a separarse de las paredes, que es la señal de que está lista», indica, mientras prepara la manga pastelera con la que dará forma a los futuros postres. «La dejas reposar, ya sea en la nevera o la congelas, eso va en gustos, porque estará muy caliente. Le añades los huevos y la esencia. Nosotros trabajamos con limón, por ejemplo».

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Tras dejar reposar las formas, pasaran a ser fritas, «ellas solas saltaran del fondo y flotarán». Una vez frías, va con un fino glaseado de azucar, «que le dará el dulzor y brillo».

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