La cafetera vuelve a funcionar en los barrios: los supervivientes al cierre sin 'take away' reabren sus bares
La realidad más allá del centro en los establecimientos hosteleros no es sencilla: «En noviembre cumplíamos un año de apertura, pero llegó la pandemia y lo truncó todo»
- 'Qué bueno que volvisteis', comenta un parroquiano habitual a su llegada al bar.
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- 'Y qué bueno que venís vosotros', responde el camarero, que no oculta cierta alegría detrás de la mascarilla.
Sin la opción de 'take away' (aquella que permitía servir consumiciones para llevar), los bares de los barrios de León han vuelto este viernes a la vida de forma legal. La realidad de las últimas semanas no ha sido fácil. Como explica Gladis al otro lado de la barra del New Port, «no compensaba el coste de encender la cafetera para servir veinte cafés como mucho».
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León reabre sus bares y vuelve a la vida
Este viernes en León es un día de reencuentros. La cafetera vuelve a sonar y el sonido de fondo de la tele vuelve a ser la banda sonora de los bares y cafeterías que, hoy sí, vuelven a la vida. Una rutina que no valoramos lo suficiente y que este viernes se recupera, poco a poco, tras semanas de cierre por la pandemia.
«Estamos con esperanzas de recuperar la clientela, cumplimos con todas las medidas de seguridad y vemos cómo nos van visitando poco a poco», asegura Gladis, que ve difícil recuperar lo perdido en el corto plazo.
Lejos del centro, los barrios van recuperando el pulso y la vida tras tiempo de silencio y cierre obligado. La situación del bar de Gladis no es sencilla. «Las pérdidas han sido cuantiosas y este 2020 ha sido complejo, en noviembre cumplíamos un año de apertura, pero llegó la pandemia y lo truncó todo».
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Cruzamos la calle para pasarnos por otro de los bares de Reyes Leoneses. La alegría de volver a recibir a los clientes de siempre se mezcla con la cuenta de resultados. Solo lo que consume la cafetera no compensaba el 'take away'.
Al otro lado de la calle, Elisa recibe a los de siempre en el Café de Ely. «No nos queda otra que afrontarlo como viene, la gente yo creo que va a responder, poco a poco van viniendo y aunque hay miedo vienen», confiesa en una pausa entre cafés.
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La buena noticia de la reapertura se junta con lo que queda detrás. Han sido semanas a cero en las que muchos no abrieron ni en modo para llevar. «Tendremos paciencia, porque lo que dejamos atrás son días a cero, que en un barrio se nota más porque estaba todo cerrado».
Eras y otros tantos barrios de la capital van despertándose del letargo en el que confían en que el cliente vuelva poco a poco al bar para que el ánimo y el bolsillo se recuperen del varapalo.
Que vuelva la rutina, aquella que nunca imaginamos que fuéramos a echar de menos.
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